Todos en algún momento de la vida hemos experimentado movimientos repentinos, bruscos y repetitivos que no podemos controlar de forma voluntaria. A estos se le denominan tics nerviosos.

Los más frecuentes suelen ser los que afectan a los ojos (70 por ciento de los casos) y se describe como guiños, parpadeo o abrir los ojos de forma desmesurada, explicó a Infosalus Mayte Orozco Alonso, doctora, docente y miembro del  Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.

El 26 de por ciento de los casos afectan a la cabeza y a la nariz. Las personas se muerden la lengua o los labios, arrugan la nariz o sacan la lengua.  

¿Por qué ocurren?

"En la mayoría de los casos suelen desencadenarse por factores ambientales que provocan una tensión extrema, ya sea por ansiedad o por situaciones particularmente estresantes del entorno, aunque también pueden aparecer por cansancio físico, por agotamiento o falta de sueño", explica Orozco.

Asimismo, pueden estar asociados a rasgos obsesivos-compulsivos. "Sin embargo, en el caso del síndrome de Gilles de la Tourette, que es el trastorno por tic más complicado, el origen es genético", agrega. 

¿Cuánto puede durar?

Esta afección es de corta duración y desaparece de forma espontánea. El tic nervioso se diferencia del crónico y del transitorio.

"En el trastorno crónico o persistente, los síntomas (los tics) están presentes durante 1 año o más; mientras que la duración de los síntomas en el trastorno de tic transitorio suele oscilar entre 1 y 12 meses", añade Orozco.

¿Cómo se trata?

Entre el 30 y 40 por ciento de los casos desaparecen por sí solos. Sin embargo, hay algunos que se mantienen al menos un año o se van sumando otros tics. 

Si esto ocurre, provocan en quienes lo padecen malestar o algunas limitaciones en sus labores diarias. Si este es tu caso, lo recomendable es acudir a un médico o a un psicólogo.

Evita situaciones estresantes o exponerse a contaminación ambiental. Descansa bien y come de forma balanceada.
 

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