Aunque el parlamento ucraniano aprobó el martes el Memorando de Paz y Concordia, la crisis que atraviesa ese país no parece llegar a su final. Después de publicar el tratado, sustituyeron la cláusula que establece la retirada del "operativo especial" del sudeste del país, lo harán sólo "si las formaciones ilegales abandonan los edificios y lugares públicos ocupados ilegalmente y entregan voluntariamente sus armas".

El presidente autoproclamado de Ucrania, Alexánder Turchínov, destacó un fragmento del memorando -versión inicial- que establece que "la Rada Suprema pide el regreso inmediato de los militares a sus bases de emplazamiento permanente".

Luego se suspendió el llamamiento a las milicias, que son parte del operativo especial en el sudeste de Ucrania para cercenar las protestas independentistas de los prorrusos y lo limitan al desarme de los prorrusos.

Por otra parte, garantizarán el estatus del idioma ruso en Ucrania, puesto que gran parte de esa población es rusohablante, así como también de otros idiomas regionales. El objetivo del reconocimiento, según se establecía en la versión inicial del tratado, era "lograr la paz y la reconciliación en la Rada Suprema de Ucrania".

252 diputados votaron a favor del confuso memorando que establece una serie de condiciones para actuar por la paz en Ucrania. "Este documento al que llaman 'memorando' en realidad no es sino otro acto más de populismo", aseguró el presidente del Parlamento de la República Popular de Donetsk, Denís Pushilin.

La crisis política en Ucrania, producto del derrocamiento del presidente Viktor Yanukóvich, ha generado enfrentamientos entre milicias establecidas por el gobierno de facto y ciudadanos prorrusos que están en contra de la toma del poder por vías violentas. En varias regiones del sudeste ya han proclamado su soberanía y separación del territorio ucraniano.