El Gobierno palestino rechazó la aprobación por el partido gobernante de Israel (Likud) de un proyecto de ley que, de aprobarse en el Parlamento (Knesset), llevaría a la anexión de facto de los asentamientos israelíes en la Cisjordania ocupada.

El portavoz gubernamental, Yousef Al Mahmoud, dijo que la acción es una “violación escandalosa de las resoluciones” de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), “así como un desprecio por todo el sistema” del organismo.

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“La tierra palestina, que incluye Cisjordania y la Franja de Gaza, cuya capital eterna es Jerusalén, es una tierra ocupada por Israel junto con otros territorios árabes, a saber, el Sinaí y el Golán, tras la desafortunada agresión de 1967”, recordó.

La resolución, aprobada por unanimidad, no es vinculante para el Gobierno pero añade presión sobre el primer ministro Benjamin Netanyahu, quien no estuvo presente en la reunión. Los asentamientos israelíes en Cisjornada, considerados ilegales en virtud del derecho internacional, están en tierras que los palestinos consideran parte de su futuro Estado.

Solo las leyes internacionales pueden aplicarse a esos territorios palestinos ocupados, “en lugar de las impuestas por la fuerza y la dominación militar”, enfatizó el vocero.

Ese paso dado por el partido de Netanyahu es un resultado directo de la reciente decisión del presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, agregó Al Mahmoud.

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El partido Al Fatah y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) consideraron que los planes israelíes de anexar gran parte de Cisjordania representan "el fin de los restos del proceso de paz" y que "llevarán a una mayor resistencia palestina".