En Honduras "sigue habiendo numerosas víctimas de explotación y abuso sexual infantil, embarazo precoz, venta, trata y trabajo infantil", informó la relatora especial de Naciones Unidas sobre la venta de niños, la prostitución y la pornografía infantil, Najat Maalla M'jid, tras concluir una visita de cinco días en este país.

"Aunque el número de denuncias ha aumentado, éstas siguen sin reflejar la amplitud del fenómeno", subrayó la especialista, al tiempo que lamentó no contar con "cifras confiables" sobre los niños hondureños que se encuentran en vulnerabilidad, debido a que cada una de las instituciones públicas y privadas con las que se entrevistó maneja diferentes estadísticas al respecto.

Sin embargo advirtió que la situación de los infantes en Honduras no ha "cambiado considerablemente" entre 2012, cuando visitó el país por primera vez, y lo que va de este año; aunque reconoció que el país ha cumplido con algunas de las recomendaciones que realizó en su primera misión; sin embargo aclaró que "aún sigue pendiente" la aprobación de la ley de adopciones y la ratificación del Convenio de la Haya sobre adopción internacional.

Los niños en Honduras "están en riesgo de caer víctimas del abuso debido a factores como la pobreza, la inseguridad, la violencia, la proliferación de armas, la migración, la tolerancia social y la dificultad de acceso a los mecanismos de denuncia”, subrayó la relatora, que visitó Honduras por invitación del gobierno del presidente del país, Juan Orlando Hernández.

En este contexto criticó por la falta de coordinación, las fallas institucionales, la escasez de recursos adecuados, la lentitud de las investigaciones judiciales y la impunidad de ciertos explotadores.

Por tal motivo instó al Ejecutivo de Hernández a designar "al ente rector encargado de coordinar la implementación de un marco integral de protección de la infancia".

De igual forma la relatora manifestó su preocupación por un programa que impulsa el Ejército hondureño, con apoyo del Gobierno, orientado presuntamente a inculcar valores morales y cristianos a infantes con el fin de evitar que éstos sean reclutados por el crimen organizado y las pandillas.

"La mejor forma de combatir la violencia y la inseguridad es la implementación de oportunidades y alternativas durables para las niñas y familias en situación de vulnerabilidad", apuntó.