"Los enfrentamientos que estallaron en julio mostraron lo volátil que es la situación en el país, en el que los civiles viven bajo el riesgo de sufrir atrocidades masivas", aseveró hoy el alto comisionado de los Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra'ad Al Hussein.

Este 16 de enero, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), denunció hechos de extrema violencia tales como "asesinatos, violaciones colectivas y graves abusos de los derechos humanos" ocurridos en Sudán del Sur, eje central del grave conflicto armado, iniciado en diciembre de 2013. 

En el informe realizado por la misión de Naciones Unidas en el país (UNMISS), se evidenciaron 217 víctimas de violencia sexual y violaciones colectivas realizadas tanto por las fuerzas del gobierno (según testimonios de las víctimas) como por grupos opositores y tropas armadas entre el 8 y el 25 de julio del 2016.

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Además de reportar una "extrema violencia contra mujeres y niños", el informe señala que en los combates existía un trasfondo étnico, siendo un ejemplo claro los habitantes de la tribu de los Nuer, quienes se vieron particularmente afectados en diversas redadas.

Entre el 8 y el 12 de julio, el país africano vivió uno de sus episodios más intensos cuando, el Ejército de Liberación Popular de Sudán (SPLA) comandado por el presidente Salva Kiir y el Ejército de Liberación Popular de Sudán en la Oposición (SPLA-IO) del líder rebelde Riek Machar se enfrentaron, perdiendo la vida centenares de personas en Juba (capital del país africano).

El conflicto armado tuvo su origen cuando el presidente Kiir, denunció un intento de golpe de Estado llevado a cabo por su rival, Riek Machar quien, posteriormente, se erigió en líder rebelde del Ejército de Liberación Popular de Sudán en la Oposición.