Un millón de refugiados de Sudán del Sur han llegado a Uganda y las condiciones para ofrecerles ayuda son cada vez más críticas, informó este jueves la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

Alrededor de 1.800 sursudaneses cruzaron la frontera durante un año. El 85 por ciento de los llegados son mujeres y menores de 18 años.

Según publicó la agencia, quienes llegaron a Uganda fueron víctimas de grupos armados en su país natal. Testigos afirmaron que personas violentas les quemaron sus hogares, mataron a sus familiares, abusaron de ellos sexualmente o intentaron secuestrarlos para que se enlistaran de manera forzada en el Ejército.

El presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Peter Maurer, que llegó recientemente al país africano, expresó su preocupación por la situación en Uganda, donde un tercio de la población (12 millones de personas) son refugiados y desplazados, y la mitad sufre desnutrición aguda y precisa ayuda alimentaria.

Acnur aseguró que se necesitan 674 millones de dólares para enfrentar esta crisis de refugiados, pero agregó que sólo se ha recibido el 21 por ciento de esos fondos.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 7,5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en Sudán del Sur.

Datos publicados señalan que Sudán del Sur, que proclamó su independencia en 2011, vivió una guerra civil a partir de diciembre de 2013, cuando el presidente, Salva Kiir, acusó al exmandatario Riek Machar de haber organizado un golpe de Estado.

En agosto de 2015 las partes firmaron un acuerdo de paz y Machar regresó a Yuba y ocupó el puesto de vicepresidente primero del país en el marco del acuerdo del arreglo pacífico, pero poco después volvieron a surgir conflictos armados.

Por ello, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, exhortó  a la comunidad internacional a hacer todo lo posible para poner fin a los combates en Sudán del Sur, que provocaron el desplazamiento de personas.