La Policía antidisturbios turca dispersó este viernes con gases lacrimógenos, cañones de agua y balas de goma una manifestación de unas 10 mil personas en la ciudad de Soma (oeste), en las cercanías de la mina que sufrió una explosión dejando a casi 300 personas muertas.

Los agentes de la Policía arremetieron contra los manifestantes en una calle principal de la ciudad en la que están situadas las oficinas de la administración local y de una organización sindical, y dispersaron a los manifestantes hacia las calles laterales.

"Gobierno dimisión" o "no duermas Soma, no olvides a tus mineros" gritaban los manifestantes. Al menos cinco personas, incluidos dos policías, resultaron heridos, según informó la Afp

Los mineros turcos han denunciado la preocupante ausencia de medidas de seguridad en las minas del país, y responsabilizan al Gobierno por una falta de supervisión de su parte, quien se muestra más interesado en privatizarlas que en un control exhaustivo de las condiciones de trabajo.

En los últimos días, la policía ha reprimido las manifestaciones en las ciudades de Estambul (noroeste), Esmirna (oeste) y Ankara (capital), entre otras, sin embargo es la primera intervención de este tipo en la propia ciudad donde ocurrió el accidente minero.

Este martes ocurrió una explosión dentro de una mina que dejó cerca de 300 personas fallecidas. Un total de 787 personas se encontraban dentro de la mina cuando ocurrió la tragedia. Se presume que centenares de mineros aún permanecen atrapados.

La cifra total de muertos se sitúa entre 299 y 302, aunque hasta el momento sólo se han recuperado 284 cadáveres, informó este viernes el ministro de Energía, Taner Yildiz.