El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció este martes que sectores de la derecha están intentando llevar a cabo un golpe económico gestado desde febrero pasado para desestabilizar el país. 

“Es un diseño que se hacen para tratar de turbar el pueblo y llevarlo a situaciones extremas, ese el concepto vital para desestabilizar el país (...) un golpe económico en marcha en Venezuela, y por eso el pueblo lo está derrotando en la calle, así como el gobierno está en la calle trabajando”, dijo el mandatario venezolano desde Argelia, donde se encuentra desde el lunes.

En entrevista exclusiva para teleSUR el jefe de Estado venezolano, se refirió a la incautación de miles de toneladas de alimentos y productos de primera necesidad, realizada este lunes por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) la Superintendencia de Precios Justos, y presentada por el vicepresidente de la nación, Jorge Arreaza, en el municipio San Francisco, estado Zulia (noroeste), lo que calificó como acaparamiento abierto.

“Yo he dado orden para que se aplique todo el peso de la ley y hago un llamado a la fiscalía, esa gente tiene que estar presa y todos sus bienes congelados (...) como es posible que el dueño de la empresa Herrera C.A. estuvo en las reuniones que hicimos con los empresarios a finales del año pasado y viole la ley”, sentenció el dignatario venezolano.

Por otro lado, Maduro enfatizó la labor del equipo ministerial para contrarrestar los planes de emboscada que promueven los sectores de ultraderecha para “acabar con el país”.

“He dado instrucciones al tren Ejecutivo, al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para sigamos las líneas de trabajado de ofensiva social (...) estamos trabajando para precisar quienes son estos grupos que quieren emboscar el desarrollo de la economía (...) tienen un concepto destructivo y perverso pero la movilización del pueblo está dando la lucha para derrotarlo (...) yo tengo plena confianza en el pueblo”, dijo el mandatario venezolano.

El gobierno de Venezuela ha articulado un plan contra la guerra económica y el contrabando, partiendo de la instalación de patrullas antitráfico de alimentos en las zonas fronterizas con Colombia, país a donde son trasladados de manera ilegal, toneladas de alimentos de la cesta básica como parte de la estrategia de la derecha para sembrar el caos en el país suramericano.