Miles de personas fueron evacuadas este martes debido a grandes incendios forestales registrados en el oeste de Estados Unidos y Canadá debido por una ola de calor.

En el norte del estado Dorado, el incendio en Wall en el condado de Butte que consumió 5.800 acres (23,5 kilómetros cuadrados) y destruyó 412 propiedades, está contenido en un 45 por ciento.

El portavoz de la agencia estatal californiana de protección contra incendios Cal Fire, Gabe Lauderdale, informó este martes que los bomberos que combaten este incendio, uno de los más grandes de California, construyen nuevas líneas de protección a su alrededor para favorecer el trabajo de extinción. 

Este martes también fue contenido en un 10 por ciento el incendio "Farad", cerca de la autopista interestatal 80 que limita con el estado de Nevada. "Farad" consumió 600 acres (2,4 kilómetros cuadrados) y obligó al cierre de la vía.

Incendios forestales arrasan comunidades de EE.UU y Canadá pic.twitter.com/wpwffvIuvt

— Noticiero Hechos (@NoticieroHechos) 10 de julio de 2017

Otro gran incendio en el poblado de California, donde fueron evacuadas unas 8.000 personas, fue bautizado como "Alamo fire" y en cuatro días arrasó con un área de 11.705 hectáreas (117 kilómetros cuadrados) en el condado de San Luis Obispo, a mitad del camino entre Los Ángeles y San Francisco.

Un 15 por ciento fue controlado hasta el lunes en la mañana, según la agencia de protección contra incendios, Cat Fire. Pero se espera que el fuego se propague debido al calor en extremo seco.

Un segundo incendio comenzó el pasado sábado y devastó 4.380 hectáreas en el condado de Santa Bárbara y estaba lejos de ser sofocado: 20 edificios fueron arrasados por las llamas y otras 150 estructuras están amenazadas.

Más de 5.000 bomberos seguían el lunes combatiendo los 14 incendios en California, con ayuda de helicópteros con agua. Tres de esos incidentes se consideran "contenidos". 

En Canadá se reportaron unos 240 incendios activos luego de semanas de sequía y fuertes vientos. Cerca de 10.000 personas fueron obligadas a abandonar sus hogares, según informaciones del centro de coordinación de bomberos que no espera que la situación se detenga rápidamente.

Los habitantes huyeron de incendios particularmente violentos en la región de Kaamloops y Cariboo y se dirigieron hacia Prince Georges hacia el norte, donde las escuelas fueron acondicionadas como refugios. 

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