Una investigación liderada por el Instituto Max Planck (Alemania) y la Universidad de Michigan (Estados Unidos) reveló que el seguimiento de hábitos saludables no sólo permite tener una vida más larga, sino que agregan mayor calidad.

Los autores analizaron datos de más de 14.000 individuos de 50 a 89 años en Estados Unidos, y constataron que las personas que no habían fumado nunca ni tenían obesidad vivían entre cuatro y cinco años más que la población general, y esa esperanza de vida adicional estaba libre de discapacidad.

Los resultados del análisis indicaron, además, que las personas que también consumían alcohol moderadamente vivían siete años más sin discapacidad que la población general y tenían una esperanza de vida total que superaba la de la población de Japón, el país donde están los ciudadanos más longevos.

"A menudo se cree que los avances en la tecnología sanitaria son claves para una vida más sana y larga, pero hemos demostrado que los hábitos de vida saludables, que no cuesta nada llevar, son suficientes para que la gente viva más y mejor", añadió Mikko Myrskylä, uno de los principales investigadores de este trabajo.

El hallazgo más sorprendente de la investigación fue el descubrimiento de una gran diferencia en la esperanza de vida media entre los grupos que estaban más o menos expuestos a estos factores de riesgo.

Así, los hombres que no tenían sobrepeso, no habían fumado nunca y bebían alcohol solo de forma moderada vivían unos 11 años más de media que quienes presentaban sobrepeso o bebían y fumaban mucho. En el caso de las mujeres la diferencia fue aún mayor, es decir, de hasta 12 años.

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