Grecia ha hablado. Las elecciones del pasado 25 de enero y la proclamación de Alexis Tsipras como el primer ministro de izquierda dan como resultado el agotamiento del pueblo griego que ha tenido que pagar de sus bolsillos las deudas generadas por la mala gestión de los políticos neoliberales, y que ahora abren una puerta a la esperanza pese a la campaña continuada del miedo.

Tras cinco años de un programa de austeridad, Grecia sigue pagando una deuda basada en los recortes y reformas interpuestas por los prestamistas.

Tras cinco años de un programa de austeridad, Grecia sigue pagando una deuda basada en los recortes y reformas interpuestas por los prestamistas. El pueblo heleno inmerso en el programa de la Troika (Banco Centra Europeo, Comisión Europea y FMI) ha visto como cada día se perdían empleos, aumentaba la pobreza, bajaban las pensiones, las coberturas sanitarias se agotaban o apenas había para comer.

Cinco años que para muchos se convirtió en pobreza o la precaricación de sus empleos. Por apenas un euro con cincuenta trabaja la hora un taxista de Atenas cuando el precio del café supera el euro .Trabajan 16 horas para poder tener veinte euros que se pierde en los pagos a los bancos para sus viviendas o en la comida de los supermercados, cuyos precios no han disminuido.

La crisis no ha convertido a la sociedad griega de izquierda de la noche a la mañana, sino que la crisis ha mostrado el fracaso del neoliberalismo en Grecia que ha asfixiado a los más vulnerables y  ha violado fuertemente los derechos fundamentales de los ciudadanos en pro de los acreedores.

La austeridad en muchos aspecto se han convertido en políticas que matan, y lo contrastan los datos oficiales de Grecia que desde la crisis han aumentado un 36% los suicidios por personas ahogadas por las deudas y la desesperación. Dato que contrasta el cambio de voto a la izquierda que ha promovido estos últimos años políticas basadas en el derecho de los ciudadanos.

La victoria de Syriza simboliza el cambio, la lucha por el pueblo y la conquista social, es la victoria de la gente frente al gran poder.

La victoria de Syriza simboliza el cambio, la lucha por el pueblo y la conquista social, es la victoria de la gente frente al gran poder. Simboliza la victoria de las personas, que ven en la izquierda la posibilidad de buscar un nuevo modelo, progresista, que pase por la solidaridad, la integración y sobre todo que permita la autonomía de Grecia en sus políticas nacionales, para combatir ahora los malos resultados que ha dejado la gestión de la crisis de los partidos tradicionalistas.

Nada cambió en lo económico del domingo al lunes en Grecia, salvo los datos negativos de la bolsa helena, eso sí, el espectro de un país amaneció con otro tono. “Ha vuelto la esperanza” dicen muchos aquí,  “ahora hay que trabajar”, “hay que expulsar a Merkel de Grecia”…

El pueblo de Grecia ha pedido en las urnas la necesidad de ser independiente, que pueda tomar su rumbo político, alejar al miedo de las grandes financieras que golpeaban cada día con el látigo. La cuna de la democracia vuelve a buscar el modelo social y progresista para devolver los derechos al pueblo. Tsipras es la esperanza de muchos en Europa, aunque tendrá que lidiar con la guerra económica, que ya apunta a Grecia.

La victoria de la izquierda y su pronto avance no es solo la esperanza de los griegos, la derrota del neoliberalismo ha llegado a las casas del sur de Europa. Portugal, España e Italia pueden vivir el efecto dominó. La primera cita la tiene Podemos e Izquierda Unida en Andalucía, una de las regiones más empobrecidas de Europa, y que el próximo 22 de marzo se enfrentan en las urnas, las primeras elecciones para Podemos.

El sol parece brillar en Grecia y su resplandor puede llegar a iluminar Europa. Estemos atento.

Por: @SRodrigoteleSUR