El pasado 27 de mayo las autoridades de la ciudad de Bogotá pusieron fin a años de tráfico y expendio de estupefacientes en el sector El Bronx, centro de la capital colombiana. 

En la intervención policial hubo represiones por parte de la policía contra ciudadanos en situación de calle, según testimonios.

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Los cuerpos de seguridad de Bogotá desalojaron con violencia a los indigentes que vivían en El Bronx, un lugar que no tiene acceso a políticas sociales y está abandonado por el Gobierno colombiano. 

Organizaciones sociales, líderes populares y políticos criticaron fuertemente la acción del Estado al no brindar una solución real a los habitantes de El Bronx y cuestionaron la actuación policial.

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La alcaldía de Bogotá puso en marcha un plan de asistencia para atender a los ciudadanos de El Bronx, de acuerdo con las cifras de la Secretaría de Integración Social. 

El gobierno capitalino asegura que en ese lugar el menú de delitos es amplio. En la zona había casas de pique y ocurrían torturas, secuestros, además, los perros eran usados como armas de ataque. Asimismo, abundaba la trata de personas y la esclavitud sexual.

La situación en El Bronx refleja la ausencia de políticas sociales por parte de los gobiernos colombianos y el abandono de los más desposeídos que ante la imposibilidad de encontrar dónde vivir decidieron hacerlo en las calles de la ciudad.