Estados Unidos reanudó este miércoles los ataques aéreos con aviones no tripulados (drones) en las zonas tribales de Pakistán, lanzando dos bombardeos en las últimas 24 horas que dejaron al menos 16 víctimas fatales y un número no determinado de heridos.

El primer bombardeo ocurrió en la localidad de Tibbi, cerca de Miranshah, capital de Waziristán del Norte, dejando un saldo de seis fallecidos, supuestos insurgentes, según fuentes citadas por la cadena de televisión paquistaní Geo.

De acuerdo con las autoridades locales, los drones dispararon seis misiles contra hombres armados presentes en un complejo y bombardearon dos vehículos.

En tanto, el segundo ataque se ejecutó a primera hora de este jueves, cuando un dron disparó ocho misiles contra una casa cerca de Miranshah, acción en la que murieron 10 personas.

Estos dos ataques aéreos con drones estadounidenses son los primeros que se registran en Pakistán desde el pasado 25 de diciembre de 2013. En la última década, este tipo de bombardeos han causado la muerte de tres mil 646 personas, según el Buró de Periodismo de Investigación.

Por su parte, la organización estadounidense New America Foundation (Fundación Nueva América) denuncia que los drones han causado en Pakistán entre dos mil y tres mil 500 muertos, gran parte de ellos civiles.

El secretismo que rodea este tipo de operaciones impide tener datos fiables y contrastados sobre el número de víctimas en los cerca de 400 bombardeos efectuados desde 2004.

Aunque Washington asegura que la gran mayoría de las víctimas son insurgentes talibanes, el Gobierno paquistaní ha presentado pruebas de la gran cantidad de asesinatos civiles son consecuencia de la acción militar norteamericana rechazada por la comunidad internacional.