Las actividades fiscales de Estados Unidos revelan que esta nación destinó 5,5 millones de dólares en 2017 a organizaciones en Venezuela para defender “las prácticas democráticas, instituciones y valores que apoyan los derechos humanos”, acción que ha sido denunciada por Venezuela como una forma de financiar grupos desestabilizadores contra el Gobierno de Nicolás Maduro. 

La cifra se desprende del informe de justificación del presupuesto del Congreso, Departamento de Estado, Operaciones Extranjeras y Programas Relacionados de EE.UU. (página 96).

De acuerdo con el líder socialista y ministro para las Comunas y Protección Social de Venezuela, Aristóbulo Istúriz, el financiamiento se hace evidente en las protestas violentas de la oposición del último mes en las que usan equipamiento de choque como máscaras antigas, chalecos antibala y otros objetos con los que se enfrentan a los funcionarios de seguridad.

En el informe fiscal estadounidense de 2017, aseguran que los recursos buscan involucrar “grupos en el proceso democrático” en Venezuela.

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Antecedentes

Entre 2013 y 2014 entraron a Venezuela más de 14 millones de dólares provenientes de EE.UU. para financiar a organizaciones vinculadas a la oposición, justo en el que período en que recrudecieron las manifestaciones violentas de la derecha que cobraron la vida de 43 venezolanos y dejaron 800 heridos.

Pero este financiamiento tiene antecedentes previos al Gobierno del presidente Maduro.

En 2009, con base a documentos desclasificados del Departamento de Estado, la abogada estadounidense Eva Golinger cifraba en 6,4 millones de dólares los aportes del Fondo Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés) a los grupos políticos adversos a la Revolución Bolivariana.

Por otra parte, entre los documentos filtrados por WikiLeaks, destacó un informe emitido por el consejero político de la embajada de EE.UU. en Caracas, Robert Downes, denominado “Cinco puntos estratégicos del equipo en el país para el apoyo programático de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés)”.

Los puntos estratégicos abarcaban el periodo 2004-2006 y contemplaban “el fortalecimiento de las instituciones democráticas”, penetrar en la base política del chavismo, dividir esta fuerza política, proteger los negocios vitales de EE.UU. y aislar internacionalmente al entonces presidente Hugo Chávez.

Reacción de Venezuela

El Gobierno Bolivariano insiste en denunciar la actividad injerencista estadounidense en sus asuntos internos.

La ministra de Relaciones Exteriores de Venezuela, Delcy Rodríguez, denunció recientemente que el presidente Donald Trump "respalda a cabecilla de acciones sangrientas e inconstitucionales ocurridas en 2014 contra la paz y estabilidad de Venezuela".