El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reveló este martes un plan de presupuesto de 4.100 billones de dólares destinado al “rápido crecimiento económico” para el país, pero que supone fuertes recortes a programas enfocados para los pobres, así como el aumento del gasto en defensa y seguridad fronteriza.

"Ya no vamos a medir la compasión por el número de programas de asistencia social y el volumen gastado en esos programas", expresó Mick Mulvaney, director de la Oficina de Gestión de Presupuesto de la Casa Blanca, en una conferencia.

El presupuesto, titulado La Nueva Base para la Grandeza Americana, propone un recorte de 3,6 billones de dólares en el gasto del gobierno federal.

La propuesta de recorte del mandatario se centra en los programas de asistencia social para los más pobre como el Medicaid, una cobertura médica para las personas de bajos ingresos; y el SNAP, dedicado a la financiación de alimentos (conocidos como cupones) para familias de escasos recursos.

Según Trump, estos beneficios destinados a los más pobres contribuyen al desequilibrio de las cuentas públicas.

Las reacciones en el Senado no tardaron en llegar. John McCain, senador y excandidato presidencial republicano, lo calificó como “inadecuado”.

El senador Bernie Sanders lo tildó de “simplemente cruel”. Mientras que para el republicano Harold Rogers estos recortes perjudicarán a los distritos más pobres de su país.  

Nancy Pelosi, líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, afirmó que "es una dura muestra de las promesas rotas del presidente Trump a las familias trabajadoras de EE.UU.".