Organizaciones sociales en Bahréin repudiaron este miércoles las condenas impuestas contra 12 revolucionarios chiíes, a quienes se les acusa de participar en manifestaciones antigubernamentales, además de cargos por posesión de armas, municiones y explosivos.

Esta semana, la alta corte penal de Manama, capital del país árabe, sentenció a 12 activistas a penas que van de los cinco hasta los 15 años de prisión, acusándolos de “fabricar explosivos con fines terroristas”.

De acuerdo con el tribunal, los procesados están involucrados en la explosión de varios artefactos explosivos el pasado 3 de marzo en la aldea de Al-Daih (norte), incidente en el que tres policías perdieron la vida, incluido uno de los Emiratos Árabes Unidos.

A pesar de los señalamientos judiciales, el principal partido opositor, Al-Wifaq, y otras organizaciones políticas y sociales denuncian que los cargos contra los manifestantes chiíes se basaron en motivos políticos y confesionales.

Tropas de Arabia Saudita y Emiratos Árabes ingresaron a Bahréin el 14 de marzo de 2011. a solicitud del Gobierno para sofocar las protestas de los opositores chiitas, desencadenadas un mes antes, presuntamente, con el propósito de forzar la caída de la familia real al-Khalifa.

Además, las autoridades incluyeron a tres agrupaciones opositoras en la lista de organizaciones terroristas, luego que el pasado lunes murieran dos policías nacionales y uno emiratí, como consecuencia de la explosión de una bomba.

Los movimientos también exigen la excarcelación de cientos de detenidos, en particular doctores y enfermeras, que los opositores aseguran fueron torturados y enjuiciados por asistir a las víctimas de la represión gubernamental.

Bahréin, un pequeño país del Golfo Pérsico, es escenario, desde febrero de 2011, de manifestaciones antigubernamentales a favor de reformas democráticas y políticas.

El régimen gobernante de Manama, secundado por países extranjeros, como Estados Unidos, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU), reprime estas protestas pacíficas.