El diputado Eduardo Azeredo del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), puso este miércoles su cargo a la orden para hacer frente a un juicio por corrupción que salpica a su organización política.

La renuncia de Azeredo al escaño que ocupaba desde febrero de 2011 fue formalizada mediante una carta que el político envió a la Cámara de Diputados y en la que rechaza los cargos en su contra; se dice inocente y critica al Tribunal Supremo, del cual afirma que "no juzga, sólo condena".

El ahora exdiputado está acusado de desviar 9,3 millones de reales (hoy 3,8 millones de dólares) de los cofres públicos para financiar su campaña a la reelección al gobierno de Minas Gerais (Sudeste de Brasil) en 1998. La fiscalía pidió 22 años de cárcel por malversación de fondos públicos y lavado de dinero.

"No me voy a someter a execración pública en esta cámara que está sujeta a presiones políticas (...) Fui convertido en un mero objetivo político destinado a sufrir ataques para asumir delitos cometidos por otros", aseguró a través de un comunicado

El caso, conocido como "Mensalao" (escándalo de corrupción), es considerado un antecedente del "Mensalao" del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), un esquema de compra de votos en el Congreso que provocó una crisis política en 2005.

Azeredo, de 65 años de edad, cuenta con una larga trayectoria política, en la que ha sido senador, diputado, gobernador de Minas Gerais y alcalde de su capital, Belo Horizonte.

Es un antiguo aliado de Aecio Neves, ex gobernador de Minas Gerais y actual candidato a la presidencia de Brasil por el PSDB para las elecciones del 5 de octubre próximo.