El primer ministro de Rumania, Víctor Ponta, renunció a su cargo este miércoles al asegurar que está “obligado a tomar nota de las quejas legítimas que existen en la sociedad”, tras la muerte de 32 personas durante un incendio en un club nocturno de Bucarest.

El jefe de Gobierno hizo estas declaraciones ante las multitudinarias protestas registradas en este país por del trágico acontecimiento, ocurrido el pasado fin de semana.

"Entrego mi mandato, dimito, e implícitamente lo hace mi Gobierno también", dijo por medio de un comunicado, en el que precisó que se mantendrá en el poder hasta que el nuevo Ejecutivo asuma el cargo.

"Espero que mi renuncia y la de mi Gobierno satisfaga las demandas de los manifestantes", apuntó Ponta, mientras que el número de muertos se mantienen en 32 y de los 130 heridos algunos permanecen en estado grave o crítico.

Tras la dimisión, el presidente del país, Klaus Iohannis, designará a un nuevo primer ministro para conformar el nuevo Gobierno que, a su vez, deberá ser aprobado por el Parlamento.

De ser rechazado, será necesario convocar elecciones parlamentarias anticipadas, pues estaban previstas para diciembre de 2016.

Asimismo, renunciará el alcalde del distrito donde ocurrió el incendio, Cristian Popescu Piedone, quien señaló que es moralmente culpable del incendio más letal en la historia del país.

"Asumo la culpa moral. En cuanto a la (culpa) legal, dejaré que la justicia se pronuncie", aseguró.

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En contexto

El incendio produjo a las 23:00 hora local (21:00 GMT) del viernes 30 de octubre en la discoteca Colectiv, en el centro de Bucarest. Se trata de una de las tragedias más graves de las últimas décadas, dijo el ministro rumano de Interior, Gabriel Oprea.

Los manifestantes que pidieron la dimisión de Ponta vincularon la inacción del Gobierno en la lucha contra la corrupción con la tragedia y la falta de controles de seguridad por parte de las autoridades.

El propio Iohannis señaló el pasado fin de semana que los fallos de seguridad causaron el incendio.

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