El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, declaró este sábado el "estado de anarquía" en el país, producto del atentado con bomba que dejó un saldo de al menos 14 muertos y 67 heridos en la ciudad de Davao.

"No estamos hablando de ley marcial, pero invito a las Fuerzas Armadas, a los militares y a la policía a que controlen el país de acuerdo con mis especificaciones", manifestó Duterte.

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El mandatario detalló que el estado de anarquía implica una mayor presencia de militares y policías por todo el país, con la intención de combatir la amenaza terrorista.

Exhortó a la población a facilitar el registro de vehículos que se desarrolla en varios puntos en las carreteras de acceso a Davao y en las principales avenidas de Manila, capital filipina.

"Tengo el deber de proteger al país y que la integridad de nuestra nación quede intacta", declaró Duterte, quien visitó Davao para conocer de primera mano las consecuencias de la explosión.

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Alrededor de las 22H20 (hora local) estalló la bomba, en una zona de masajes ubicado en el mercado nocturno Roxas.

Producto del suceso Duterte no se trasladó a Brunéi, que iba a ser su primer viaje oficial a un país extranjero.

En contexto

El atentado ocurrido en la suñera ciudad filipina fue reivindicado por el grupo extremista Abu Sayyaf, lo cual no sorprendió a las autoridades locales.

"Lo esperábamos. Hace dos o tres días recibimos informes de inteligencia sobre esto", informó el ministro de Interior filipino, Miñe Sueño, entrevistado en una emisora local.

Abu Sayyaf fue creado en 1991 por un puñado de excombatientes de la guerra de Afganistán contra la Unión Soviética. Ha sido el artífice de los ataques terroristas más sangrientos en la nación asiática.