La Cancillería de Rusia afirmó este viernes, mediante un comunicado, que los intentos de acusar a Moscú de haber enviado el convoy humanitario a la provincia de Lugansk, en Ucrania, sin el consentimiento de Kiev son “completamente insostenibles”. 

El comunicado ministerial explica que “la solicitud formal de dicha asistencia fue enviada a la parte ucraniana a través de una nota diplomática el pasado 11 de agosto. El consentimiento se obtuvo el 12 de agosto”.

En cambio, la cancillería rusa acusó a Kiev de bloquear la llegada del convoy humanitario con un sinfín de pretextos y barreras burocráticas mientras la carga permanecía varios días en la frontera a la espera de que Ucrania, Rusia y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CIRC) consensuaran la operación.

El Ministerio ruso también hizo referencia a la sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) del 27 de junio de 1986, la cual señala que “el suministro de ayuda puramente humanitaria a personas o fuerzas de otro país, cualesquiera que sean sus creencias o metas políticas, no puede considerarse como una intervención ilegal o acción que viole acuerdos internacionales de otra forma".

Luganks agradece convoy ruso

Unos 60 camiones, la quinta parte del convoy humanitario ruso, cruzó este viernes la frontera con Ucrania, informó un corresponsal de Nóvosti.

Los habitantes de la provincia de Lugansk saludaron la llegada del convoy ruso con pancartas en las que se podía leer: “Gracias”, “No se nos puede poner de rodillas”, “La Madre Rusia no nos abandonará”, entre otras palabras de gratitud.

Este sábado, el viceministro ruso de Defensa, Eduard Zhízhikov, confirmó, en rueda de prensa, el regreso sin carga desde Ucrania del último grupo de camiones que llevó ayuda humanitaria a la República Popular de Lugansk.

La carga contenía unas 400 toneladas de cereales, 100 toneladas de azúcar, 62 toneladas de alimentos para bebés, 54 toneladas de equipo médico y medicamentos, 12 mil sacos de dormir y 69 generadores de energía.