Bolivia busca convertirse en el corazón energético del sur
El presidente Evo Morales anunció que el lunes se creará el Ministerio de Energía para impulsar proyectos de ese campo que permitan convertir a Bolivia en el centro energético de Suramérica.
"Hemos decidido con el hermano Vicepresidente que desde el día lunes vamos a crear otro nuevo ministerio, el Ministerio de Energía, porque quien ostenta el poder energético tiene el poder político y Bolivia tiene tantos medios", dijo.
Será un Ministerio de energías alternativas y convencionales de alta tecnología, con litio y energía nuclear, para generar más ingresos. pic.twitter.com/Zvjafzr2Nf
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) 21 de enero de 2017
El Mandatario, en un acto en el que inauguró las operaciones del acueducto Palcoma-Hampaturi, en La Paz, aseguró que el territorio boliviano tiene todas las condiciones para garantizar proyectos energéticos que generen empleo y nuevos recursos económicos para el país.
Este nuevo ministerio se sumará a los 21 existentes en el Ejecutivo y contará con dos viceministerios, uno para las energías convencionales y alternativas y otro para el sector tecnológico del campo energético.
"Este es un ministerio de esperanza, del futuro, para garantizar el buen futuro para las futuras generaciones. El gas puede acabarse, pero las plantas eléctricas nunca se terminarán. En litio somos el primer país en el mundo que tenemos tanta salmuera", manifestó el Jefe de Estado.
Nuevo Ministerio de Energía será Ministerio de la esperanza y del futuro para las nuevas generaciones. ¡Jallalla #Bolivia centro energético! pic.twitter.com/TcVf1TH4r5
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) 21 de enero de 2017
Bolivia pasó de ser un sinónimo de pobreza a un ejemplo de desarrollo de la región. El rol del Estado y el nuevo modelo económico le han permitido constituirse como referente de estabilidad macroeconómica y desarrollo humano.
El gobierno de la Revolución Indígena logró gradualmente consolidar la base económica para la adecuada redistribución de las riquezas; recuperación de la soberanía en las políticas macroeconómicas, antes subordinadas a organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y crecimiento económico en función al aprovechamiento de los recursos naturales con la nacionalización de los sectores estratégicos, como producción e industrialización.