Bélgica se convirtió este jueves en el segundo país, después de Holanda, que despenaliza la eutanasia en menores, con la aprobación en el Parlamento Federal de la ampliación de la ley que regula la muerte asistida.

La propuesta, del senador socialista Philippe Mahoux, autor de la ley que autorizó la eutanasia para adultos, recibió 86 votos a favor, 44 en contra y 12 abstenciones en la Cámara de Representantes y ya había registrado una amplia mayoría en el Senado y en la Comisión de Justicia de la cámara baja.

En Holanda, los legisladores establecieron una edad mínima de 12 años para poder solicitar la eutanasia, sin embargo, los parlamentarios belgas prefirieron la noción de "capacidad de discernir" del menor.

El creador de la propuesta sostuvo que con esta ley busca frenar "el sufrimiento insoportable" de los niños. En ese sentido, explicó que el mismo "no se puede aliviar" de una forma legal.

La Iglesia Católica de Bélgica -conjuntamente con representantes musulmanes y judíos- pronunció su rechazo días antes de aprobar la medida a través de "jornadas de ayuno y oración" que buscaban "despertar las conciencias".

Durante el último debate parlamentario realizado en torno al tema, la diputada socialista Karine Lalieux defendió la propuesta tras afirmar que "no se trata de imponer la eutanasia a nadie, a ningún niño, a ninguna familia, sino de permitir que el niño tenga la posibilidad de no eternizarse en el sufrimiento".

La postura ha sido respaldada por médicos y enfermeras que, en declaraciones a medios locales, sostienen que esta ley tendrá un alcance limitado a unos 10 casos por año. Los galenos basan su afirmación en la experiencia previa inoculando sustancias de manera ilegal a menores cuyo sufrimiento era "insoportable".

En 2012, Bélgica registró mil 432 eutanasias, una cifra que representó tan solo el dos por ciento de los fallecimientos totales del país.