La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, solicitó este miércoles una reforma del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para alzanzar una organización que actúe con más eficacia y mayor consenso.

Durante su intervención en la 71 Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) Bachelet aseguró que “el mundo enfrenta una crisis institucional que no representa a nadie” y pidió una rápida actuación para "tomar decisiones concretas en este caso”.

De igual manera,  consideró que la ONU debe cumplir su papel de lugar de consensos, de opción por los más vulnerables, en contra de la desigualdad y la discriminación de minorías religiosas, étnicas y sexuales.

La mandataria destacó que en Chile han avanzado hacia el camino que demanda la Patria y que poco a poco un nuevo horizonte se ha ido haciendo realidad.

"Vamos por el camino de los cambios que demandan los ciudadanos, con la esperanza de que poco a poco un nuevo horizonte se va haciendo realidad”, dijo.

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Esta afirmación parece no ir en consonancia con lo que ocurre en Chile debido a que, durante el último año, el país ha sido escenario de múltiples protestas que demuestran el creciente rechazo hacia las políticas del Ejecutivo, principalmente hacia la reforma educativa y el sistema de pensiones.

La presidenta chilena lleva a cabo una reforma educativa que defiende la privatización y que, según la comunidad estudiantil, no representa las demandas exigidas. Asimismo, los movimientos sociales en Chile exigen una reforma en el sistema de pensiones, que no favorezca los intereses de los grandes capitales y del mercado.

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En su alocución Bachelet señaló a la Alianza del Pacífico como un eje fundamental en la política internacional, así como el bloque del Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

La dignataria aprovechó la oportunidad para expresar su apoyo al proceso de paz que vive Colombia.

En contexto

Chile posee la economía regional que más ha crecido desde los años 80 y suele ser aplaudida como modelo virtuoso para el resto de la región. Sin embargo, el informe de 2015 de la OCDE, que agrupa a 34 naciones de altos ingresos, subraya los niveles de desigualdad en la sociedad.

En efecto, el 10 por ciento más rico tiene un ingreso 27 veces superior al 10 por ciento más pobre. Así, en la medición de desigualdad del Banco Mundial, Chile aparece en el decimocuarto lugar a escala mundial y en el sexto de las economías de la región.

Debido a la limitada intervención estatal, la situación empeora cuando se considera también el acceso a la salud y la educación. En el Índice de Desarrollo Humano de la ONU pierde 13 puntos una vez que se suma la desigualdad conjunta de ingresos, acceso a salud y educación.