La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, aseguró este miércoles que sería incapaz de respaldar el derrocamiento de un Gobierno elegido democráticamente como es el caso de Venezuela, tras argumentar que “siempre hay ciertos principios que hay que valorar, que son el respeto a los derechos humanos, a la democracia y a la Constitución”.

Las declaraciones de la mandataria fueron ofrecidas durante su primera rueda de prensa desde que este martes fue investida como presidenta de Chile por un periodo de cuatro años, y en la que reiteró que “jamás apoyaremos a ningún movimiento que de manera violenta quiera derrocar a un Gobierno elegido libre y constitucionalmente”.

Bachelet aprovechó para divulgar que dentro de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) hay una decisión unánime respecto al conflicto venezolano; al tiempo que lamentó la muerte de Giselle Rubilar, la ciudadana chilena que perdió la vida tras recibir el pasado sábado un disparo en la sien en la ciudad de Mérida, a 500 kilómetros de Caracas.

“La actitud de todos los presidentes de Unasur es de acompañamiento y búsqueda de todas las fórmulas para que la paz y el diálogo sean la manera como el pueblo venezolano pueda soberanamente seguir adelante”, apuntó.

En entrevista para teleSUR, el canciller venezolano Elías Jaua destacó la importancia de la Unasur como organismo garante de la democracia en el continente, y recordó que todos los presidentes y delegados de alto nivel con los que conversó durante la investidura de la mandataria chilena, Michelle Bachelet, expresaron su apoyo al Gobierno constitucional.

Explicó que durante la reunión de cancilleres se hará la solicitud de que una comisión de diplomáticos pueda acompañar a Venezuela durante la Conferencia de Paz, instalada por el presidente Nicolás Maduro.

“Tres o cuatro Cancilleres podrían ser designados este miércoles en la reunión, quienes desean participar o se propondrán”, dijo Jaua.

Una veintena de personas ha muerto como resultado de los hechos violentos relacionados con lo que el Gobierno ha calificado como "el golpe suave" que estalló  el pasado 12 de febrero en el país suramericano.