El Gobierno francés anunció este jueves el inicio de la instalación, en la localidad de Calais (norte del país), de nuevos elementos del dispositivo de ayuda a los refugiados que le fue impuesto a finales de julio por la Justicia.

En su sentencia, el Consejo de Estado, la máxima instancia administrativa de Francia, obligó a las autoridades a responder a las necesidades de los inmigrantes que están cerca de Calais para evitar que sufran "trato inhumano y degradante".

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La Prefectura (delegación de Gobierno) de esa localidad indicó en un comunicado que ya se han desplegado diez letrinas móviles y siete puntos de agua en Saint-Omer, a varios kilómetros del centro de la ciudad.

Asimismo, el Ejecutivo facilitará en el transcurso de los días dos camiones con cisternas de agua potable, otras diez letrinas y una caravana con ocho lavabos y tres puntos de agua.

Estos equipos portátiles, según la Prefectura, pretenden mejorar las condiciones de acogida, aunque la institución especificó que el material previsto podrá cambiar en función de la situación y de las necesidades.

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El Ejecutivo se vio obligado a reaccionar, luego de que varias asociaciones acudieran a la Justicia para solicitar medidas de amparo para los refugiados que llegaban a Calais, punto de entrada al Reino Unido desde Francia.

Sin embargo, las autoridades no eran partidarias por temor a que impulsaran la creación de un nuevo campamento improvisado pero, obligadas por el dictamen, abrieron además dos centros de acogida en las vecinas Troisvaux y Bailleul, por los que han pasado al menos 78 personas.

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