Las detenciones de inmigrantes en Estados Unidos (EE.UU.) aumentaron a 41.318 entre el 22 de enero de este año y finales de abril, frente a las 30.028 realizadas en aproximadamente el mismo período del año pasado, un aumento de 40 por ciento durante el Gobierno de Donald Trump.

"Aquellos que entran ilegalmente al país y violan la ley cometen un acto penal", indicó el director en funciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por su sigla en inglés), Thomas Homan. 

Durante una teleconferencia, Homan enfatizó que los inmigrantes que representan una amenaza para la seguridad nacional o que tienen antecedentes penales siguen siendo una prioridad para la agencia.

Casi dos tercios de los detenidos tenían condenas penales, pero hubo un salto significativo (de más del 150 por ciento) en el número de inmigrantes sin condenas por otros delitos que fueron arrestados por el ICE, en total 10.800 desde inicios de 2017 en comparación con las 4.200 del mismo período de 2016.

Homan aseguró que el ICE seguirá teniendo como objetivo a personas que tienen una orden final de expulsión del país emitida por un juez de inmigración, incluso si no han cometido otro delito.

"Cuando un juez federal toma una decisión y emite una orden, esta orden tiene que significar algo", precisó Homan.

El aumento de arrestos este año es el resultado de la reciente directriz dada por el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, para implementar los decretos del presidente Donald Trump sobre la aplicación de la ley de inmigración y seguridad fronteriza, los cuales fueron firmados el 25 de enero, pocos días después de que el magnate asumiera el cargo.

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