Este sábado tres atacantes suicidas vestidos como miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes atacaron una central eléctrica en el norte de Bagdad, matando al menos a siete personas e hiriendo a otras 12, indicaron los servicios de seguridad locales. 

Los suicidas portaban cinturones de explosivos bajo "uniformes militares", indicó el general Qassem al Tamimi, jefe de las fuerzas de seguridad encargadas de la protección de las instalaciones eléctricas y petroleras.

"En la madrugada tres atacantes  que portaban cinturones de explosivos y armados con granadas se infiltraron en la central de Samarra", informó un corresponsal de AFP.

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El ataque se produjo en el primer día de las celebraciones de la  "Fiesta del Sacrifcio"  o el Eid al Adha, segunda celebración más importante del mundo musulmán. 

Un empleado de la central eléctrica dijo que "los disparos nos despertaron".

"Corrimos para escaparnos y nos topamos con uno [de los terroristas]. Algunos de nosotros se escondieron y dos corrieron hacia la salida. Gritaron 'somos empleados' pero los [terroristas] los abatieron", informó desde su cama del hospital donde es atendido de sus heridas de bala en las piernas.

Un atacante logró detonar su cinturón mientras que los otros dos "fueron abatidos y los empleados evacuados", tras la intervención de las fuerzas de seguridad.

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El asalto no fue reivindicado pero recuerda el modo operativo del grupo terrorista Estado Islámico (Daesh).