Los fuegos artificiales se elevan del Estadio Maracaná al cielo, no sin antes pasar por delante de los ojos de un grupo de chicos que se encuentran en la cima… de una favela. Es "la" foto.

Esa imagen que recorre el mundo muestra el contraste de clases sociales que atraviesa la humanidad desde siempre.

Los ricos para ser tales generan pobres. Poco les importa el ayer, el hoy y los sueños de esos niños que presencian, desde la lejanía, la inauguración de los Juegos Olímpicos.  A la derecha, a las multinacionales, al liberalismo… mucho menos les interesa que tengan las “tres t” dignas: tierra, techo y trabajo, la bandera que enarbola el Papa Francisco.

Y ahí están ellos, los excluidos del maldito sistema capitalista,  con su vista haciendo foco a la fiesta máxima del deporte. La misma que si no tenés sponsors, te deja afuera de la pista, a pesar de tu talento.

Mientras el mundo mira a Brasil, ellos, esos pequeños bajitos, observan el mundo. Aunque desde lejos no los ven.