La ideología Peronista no es la eliminación de la propiedad privada, ni la lucha de clases. Tampoco lo es el capitalismo salvaje, que logra su progreso económico sobre las espaldas de los pueblos, " idolatrando al dios Dinero ", generando la llamada cultura del descarte. 

 El Peronismo es el rol del estado interviniendo en la economía, el keynesianismo, la heterodoxia económica, el estado de bienestar, la regulación de la economía, la movilidad social ascendente y la distribución de la riqueza. El triángulo equilátero de su base ideológica es piramidal, central y fundamental  para lograr la igualdad y la equidad. Ese triángulo comienza con la " Soberanía Política " que otorga " Independencia Económica ", para así lograr la distribución de la riqueza, es decir " La justicia social ".
 Esta claro que el mundo marcha hacia las políticas de ajuste estructural, es decir hacia la desigualdad. Nunca en la historia de la humanidad hubo tanta concentración de la riqueza. El mundo tiene una estructura financiera, basada en una idea deformada de la libertad, porque eso no es libertad, es libertinaje, la libertad es otra cosa, es aquella por la que lucharon nuestros patriotas fundadores.  Es por ello que es necesario una nueva arquitectura financiera basada en la igualdad, la justicia y la equidad. El problema del mundo es la gula inagotable de las élites, que deben comprender que deben ser solidarios y distribuir la riqueza, porque si no lo hacen, los pueblos querrán escarmentarlos, generando una anarquía total.  Vale recordar que somos el 99 por ciento de sociedad. Para evitar el desastre, la propiedad privada debe cumplir un rol social. Hay que ofrecerles a los seres humanos un lugar más digno para vivir y también para morir.
 La República Argentina necesita un nuevo pacto social, donde halla más distribución, mas igualdad y mas democracia. Pero no sólo una democracia donde el individuo vota y consuma, sino una democracia popular, donde el pueblo construya demandas, y logre objetivos comunes. El 17 de Octubre de 1945 o la marcha en contra del golpe de estado de Venezuela de 2002, son claros ejemplos de como los pueblos construyen demandas, cambiando el curso de la historia.
El artículo 22 de la vieja, pero vigente Constitución Nacional establece que " El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes ". 
 Dicho esto, y ya con 33 años de institucionalidad, debemos afianzar las individualidades, pero en función colectiva. Para seguir definiendo a nuestro movimiento como lo que hoy en definitiva es, un movimiento nacional, popular, anti-imperialista y profundamente democrático.