Por todo el mundo se sufren las consecuencias del cambio climático, mientras que en Sudamérica algunos países sufren sequías, otros inundaciones, por el norte los huracanes y calor sofocante hacen de las suyas, en Rusia en cambio el invierno se ha tomado el país con fuerza.

La capital rusa Moscú se ha visto sumergida en una nevada de varios días con temperaturas que han descendido hasta los -17℃ y los pronósticos indican que bajarán hasta los -30℃, esto ha hecho que varias vías colapsen ocasionando accidentes y averías en los vehículos, las aceras atascadas de nieve hacen difícil el transitar de los peatones y muchas personas han empezado ya a sentir la inclemencia del clima en su salud con problemas respiratorios y piel irritada por el frío.

Las autoridades realizan su máximo esfuerzo para contrarrestar los estragos de un invierno que lejos de terminar esta dejando ya varias perdidas económicas a un país que también tiene que lidiar con la devaluación de su moneda y una economía en apuros, así como también con las sanciones que permanentemente le impone Washington en una rivalidad geopolítica y de poder que parece tener un muy lejano fin.