Se cumple un año más de fundación de la Villa Nueva San Gregorio de Portoviejo, tal como lo catalogó su fundador; el capitán Francisco Pacheco, quién en su tiempo priorizó una actitud geopolítica por parte del rey Carlos V, quién ordenó la fundación de una ciudad española, lugar que fue estratégico para los barcos que llegaban para reponer los víveres.

Cabe destacar que en 1534, un año antes de la fundación de ´Puerto Viejo´, el conquistador Pedro de Alvarado arrasó con las poblaciones indígenas y nativas, convirtiendo a nuestra ciudad en una masacre de lesa humanidad.

Por este motivo, el rey Carlos V mandó a su mariscal Diego de Almagro a poner orden y establecer las posiciones definitivas, que encasillaron en una nueva conquista por parte de Pacheco, quién conquisto la villa en este territorio.

Las primeras comarcas españolas que llegaron a `Puerto Viejo` fueron por el puerto de Picoazá, sitio donde los españoles encontraron el lugar ideal para su establecimiento, sin embargo, en noviembre de 1535 el capitán Gonzalo de Olmos asume la posición de teniente de la ciudad y la traslada hacía al interior del río grande.

Es así como se fue forjando la grandiosa ciudad de Portoviejo, conocida popularmente como la ciudad de los reales tamarindos, lugar donde albergaron los más frondosos árboles de dicha fruta, y su bandera con tupido y color, fue establecida por el poeta guayaquileño; Tomás Chávez Valenzuela, donde fundió el celeste-blanco en representación de simbolismo, verde de tierra fecunda, rojo de manos aguerridas de los caídos por la libertad, y el blanco gestora de la paz y la unidad.

Es así también como el Padre Alfonso Egües, un día y por inspiración divina compuso las letras del Himno a Portoviejo, que con amor me presto a mencionar una de sus estrofas;

Castellana de origen, un día

Te acunaron los brazos del mar,

Y en tu surco aborigen surgía

Nueva raza de empuje vital.

Tiempos memorables hemos vivido los portovejenses, que con ímpetu y esfuerzo hemos luchado día a día para ver cristalizado nuestros sueños y metas, que a pesar de los modernismos contemporáneos, hemos pluralizado la razón de ser del manaba, que con pico, pala y machete, hemos ido construyendo la ciudad que todos queremos.

Un año más de gloria, un año más de virtud, mi homenaje eterno a mi cálida y acogedora ciudad, que con los brazos abiertos acoge a cualquier visitante que venga con las mejores intenciones de construir un Portoviejo mejor, en beneficio del bien común de todos y todas.