El pasado 11 de octubre tuvieron lugar en Venezuela las elecciones regionales en las que fueron electos los gobernadores de los 23 estados del país. Los resultados de estos comicios demuestran la existencia de una fuerza política cohesionada y favorable al Gobierno de Nicolás Maduro. 

Un total de 18 gobernaciones fueron obtenidas por candidatos del Gran Polo patriótico (GPP) y por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), fuerzas aliadas del presidente Maduro, mientras que solo 5 gobernaciones fueron ganadas por la coalición opositora venezolana. 

Diversas han sido las contradicciones de las facciones del antichavismo ante este nuevo mapa político. El politólogo William Serafino, analista del portal web Misión Verdad, aseguró en entrevista exclusiva para teleSUR, que estas contradicciones parten de "los intereses políticos de cada fracción de la oposición y de cómo quedaron ante los resultados de las regionales". 

Aseguró que el sector más moderado dentro de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) representado en Acción Democrática (AD), Un Nuevo Tiempo, Avanzada Progresista y otros partidos de menor tamaño, reconocen los resultados como una forma de consolidarse como la principal fuerza política".

Mientras que, "el sector más radical (de la oposición), al salir totalmente derrotados a lo interno en esas elecciones, ha buscado en la comunidad internacional, en las potencias occidentales y en sus aliados regionales, un punto de apoyo para buscar desconocer y deslegitimar los resultados con el fin de reiniciar una agenda de violencia para el año de 2017 y 2018" añadió Serafino.

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Fracturas internas

En días recientes el representante opositor, Henry Ramos Allup, rechazó los comentarios emitidos por el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro sobre los comicios electorales.

Allup pidió al secretario que "se deje de estar dando lecciones de cómo hacer las cosas" y consideró que debía "repensar un poco más" sus declaraciones. 

Serafino considera que este quiebre entre Allup y Almagro, quien es uno de los principales operadores políticos en contra del país, forma parte de la redistribución de alianzas e intereses políticos que tienen los partidos opositores con actores internacionales. 

"Almagro no trabaja para la OEA, trabaja para EE.UU. Trabaja directamente para los sectores más radicales de La Florida, los que han logrado no solo una fuerte influencia en el Departamento de Estado, sino imponer su narrativa como la única política exterior que existe de los Estados Unidos hacia Venezuela y hacia otras zonas de América Latina", afirmó.

"Ramos Allup carga en contra de Luis Almagro en función de que él está reclamando el liderazgo que quiere ejercer dentro de la oposición venezolana". 

Agregó que "en la medida en que Almagro deslegitima las elecciones y dice que la oposición es un instrumento del fraude (por participar en las elecciones), se pone en entredicho su capacidad de jefe a lo externo de la oposición.

"Las fisuras de la oposición no son solo a lo interno, sino que se están desplazando hacia los lobbies internacionales a los que cada grupo responde", sentenció.

El politólogo afirmó que las contradicción a lo interno de la oposición podrían aumentar ante las venideras elecciones municipales, en el marco de que unos (opositores) reconocen al Consejo Nacional Electoral (CNE) y otros no.

"Va a venir un tiempo de grandes contradicciones a lo interno de la oposición venezolana", aseguró el analista. 

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Sobre el escenario internacional, el analista opinó que los principales lobbies internacionales articulados en torno del antichavismo, como el Grupo de Lima, los senadores de La Florida, artífices de las sanciones en contra de Venezuela y los sectores radicales de la Unión Europea (UE) se están manejando "con cautela". 

Considera él que esta postura ante la proclamación de un fraude, responde a la precaución que estos bloques de poder tienen al comprometer y exponer su nombre y agenda política con una oposición fracturada que mantiene distintas visiones y versiones sobre los resultados electorales.

Declaró que, aunque la comunidad internacional ha esgrimido declaraciones sobre la necesidad de una auditoría del proceso electoral, lo ha hecho solo para mantener las formas y deslegitimar al gobierno de Maduro. Serafino afirma que "la comunidad internacional no ha tenido una postura agresiva con respecto a las elecciones".

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"La comunidad internacional ha tenido una postura muy cautelosa, lo cual juega en contra de la administración Trump para poder presionar con una opción militar", concluyó. 

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¿Condiciones para un escenario militar en Venezuela?

El analista opinó que ante este nuevo contexto político en el país, la posibilidad de intervenir militarmente en Venezuela no depende únicamente de la voluntad del presidente Trump, sino que es un escenario que debe de articularse con el resto de los aliados de la oposición en la región.

Afirmó que por ahora, las acciones de EE.UU. se centrarán en la política de ahorcamiento económico y financiero. 

"La opción militar no depende de si Trump o la junta militar que gobierna Estados Unidos quiere o no". Detalla que hay elementos de Realpolitk que determinan esta decisión, por ejemplo, el consenso que pudiesen tener en la región para poder lograrlo. 

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Por último, aseguró que "la administración Trump va a jerarquizar la vía financiera y tratar de probar desde Colombia algunas mínimas incursiones bajo la figura de "crisis humanitaria", para lograr un proceso de presión y aislamiento a través de la frontera".