Javier Bertucci (1969) apareció oficialmente en la escena política venezolana al proclamar, este 18 de febrero, su candidatura para las elecciones presidenciales que se consumarán el próximo 20 de mayo. El anuncio fue realizado durante un evento en la iglesia Maranatha de San Diego, congregación que el pastor dirige. Además, el evento fue transmitido en directo por el canal de Youtube  del ahora candidato. Durante el discurso, explicó que la decisión de “poner su nombre y el liderazgo que por gracia tiene” como opción para las elecciones presidenciales de Venezuela, la habría tomado “junto al Espíritu Santo” y que, aunque dejara la jefatura de la iglesia para dedicarse a labores electorales, nunca dejaría de predicar.

Bertucci evidencia el avance del movimiento neopentecostal, la rama evangélica que busca ganar espacios de representación en la política regional [1], pero al mismo tiempo, su estrategia discursiva se diferencia de otros partidos que expresan sin tapujos el conservadurismo y el fundamentalismo religioso en América Latina. Bertucci se autodefine como “un candidato absolutamente conservador” [2]  que salvaguarda lo que considera valores tradicionales[3] (como la familia heteronormada y el matrimonio, pero también la solidaridad, la caridad, la compasión, valores judeocristianos que calan bien en la sensación de desamparo propia de una crisis económica como la que actualmente se vive en Venezuela).  En este sentido se inscribe –aunque con matices-  en el mismo espacio que los aspirantes presidenciales Jair Bolsonaro (Brasil) y Fabricio Alvarado (Costa Rica), este último derrotado recientemente en los comicios. Sin duda, el avance del conservadurismo ha tomado nuevos cauces que ponen en jaque la secularización moderna y buscan reinscribirse en una nueva síntesis de la fusión religión-política, a modo de una teocracia moderna y versión 2.0, es decir, con injerencia en nuevas tecnologías.

El aspirante presidencial ha sido pragmático. Antes de formalizar su candidatura ante el Consejo Nacional Electoral, Bertucci debió renunciar al cargo de pastor, puesto que la Constitución venezolana, respetando el principio de la separación Iglesia/Estado, exige en el artículo 227 que “para ser elegido Presidente de la República o elegida Presidenta de la República se requiere ser (…) de estado seglar”. Luego de la renuncia,  su candidatura fue presentada por el grupo Electores por el Cambio.

Carrera religiosa

Bertucci inició su carrera religiosa en 1993 como predicador en una iglesia evangélica, para luego fundar en 1999  la Iglesia Maranatha de Valencia. Al poco tiempo pasaría a ser el director apostólico de dicha congregación religiosa en Venezuela. El Ministerio Mundial de Avivamiento Maranatha fue fundado por Nahum Rosario en 1974, en la ciudad de Chicago en los Estados Unidos y desde allí comenzó a expandirse. Actualmente se encuentra presente en México, Costa Rica, Puerto Rico, Chile, Nicaragua, Panamá, Honduras, Noruega y Venezuela, donde se estima que posee más de dieciséis mil feligreses. Se trata de una suerte de consorcio religioso con sede legal en Panamá. Desde que Bertucci asumiera el cargo, se han inaugurado una serie de iglesias-sucursales a lo largo del país, que aunque no dependen personalmente de él, se encuentran afiliadas a su directorio.

En el año 2014 fundó la asociación civil El Evangelio Cambia, institución que –sin fines de lucro, según enuncia en su página web- se dedica a predicar y a realizar actividades sociales, entre las que destacan los llamados sopazos, acto de reparticiones gratuitas de comida y servicios (médicos, principalmente) que constituyen la base operativa de la campaña presidencial de Bertucci. Los voluntarios, jóvenes en su mayoría, son considerados unos “revolucionarios” de Jesús. Visten un uniforme compuesto por pantalones de comando camuflados y camisa blanca con el logo de la asociación que puede obtenerse  mediante compra on line y organizan sus encuentros vía redes sociales.

Carrera empresarial

Incluso antes de sentir “el llamado de Dios” (en 1990 según datos biográficos difundidos por el mismo expastor), Bertucci inició su carrera empresarial: de 1987 data la primera empresa registrada a su nombre,  Agropecuaria Los Cedros, que en el año 2012 pasaría legalmente a formar parte del Consorcio para la Comercialización y  Explotación de Madera Maranatha, con ganancias vinculadas a un aserradero de su propiedad. Posee además una empresa dedicada a la construcción, Constructora Bertucci C.A. Según datos del Registro Nacional de Contratistas, entre sus clientes aparece la Corporación Nacional del Vidrio. C.A y la propia Fundación Maranatha.

En 2013 se desempeñó como director de una empresa para la importación y compra/venta de insumos y servicios médicos (Biometrix-Med Equipment Corp) en Florida, Estados Unidos. Por dicha empresa, que actualmente se encuentra inactiva, debió rendir cuentas a la justicia por estar vinculado a  Nicolás Aular, empresario venezolano, presidente de las sociedades mercantiles Gallery Aviation INC y Luxury Auto Sales USA INC, que en 1998 estuvo detenido y presuntamente involucrado en un caso de comercialización en territorio venezolano de vehículos importados “de procedencia dudosa”[4]. El candidato presidencial también ha estado vinculado a la industria petrolera a través de las compañías Recicpetrol C.A.,  Minería H6 2.8  y Tecnopetrol C.A.

Contrabando y arresto domiciliario

En 2010 el nombre de Bertucci saltó a la palestra pública con un escandaloso caso de contrabando de diesel venezolano hacia República Dominicana, encubierto tras la importación de cinco mil toneladas métricas de supuesto tecsol (una sustancia química utilizada como base para la elaboración de desengrasantes y removedores de pintura). Bertucci, presidente de la empresa Tecnopetrol, responsable de la transacción, fue apresado y sentenciado por contrabando  agravado y asociación para delinquir. Sin embargo, solo estuvo detenido tres días. Luego de ese lapso se le otorgó el privilegio de arresto domiciliario con un permiso especial para predicar y, posteriormente,  se aligeraría la condena sustituyéndose por una presentación periódica.

Panama Papers

En el 2016, Bertucci volvió a protagonizar un escándalo vinculado a sus actividades económicas. En la filtración de los Panama Papers se conocieron una serie de correos electrónicos a través de los que el entonces pastor contactaría al bufete de abogados Mossack Fonseca & Co., vinculado a operaciones de lavado de dinero y evasión fiscal. Bertucci ha negado públicamente esta relación, argumentando que intentaba establecer un acuerdo para la importación de alimentos hacia Venezuela,  mientras que la persona encargada por parte de su empresa niega que la transacción alguna vez se haya concretado. Sin embargo, Bertucci forma parte de la directiva de por lo menos tres  empresas registradas en Panamá y que actualmente se encuentran activas (Health Suplly Inc., Todo Salud Inc. y Sky Suministros Inc).

Un candidato versátil

Empresario, pastor, youtuber, líder mesiánico y partícipe del mega escándalo de corrupción más relevante de los últimos años, Bertucci podría encajar en los intentos de la derecha venezolana por reinventarse a sí misma. El expastor se presenta ante el electorado como un outsider y suplanta su nula trayectoria política con carisma y manejo del público, un entrenamiento que deriva directamente del púlpito.  Los sopazos y las jornadas de atención médica generan la sensación de resolución inmediata de los problemas cotidianos, en una suerte de paternalismo mesiánico que el movimiento neopentecostal ha sabido manejar bien: el pastor representa el vínculo que promete la salvación de las almas a la vez que garantiza el paraíso en la tierra.

Busca también, en el mismo espíritu religioso de comprensión del prójimo, romper con el discurso de la polaridad política y posicionarse como una tercera vía entre el chavismo y la oposición, aprovechando la fragmentación de la Mesa de Unidad Democrática[5]  y su estrategia abstencionista. Meses antes de anunciar su candidatura, Bertucci dedicó varios de sus programas a predicar en contra de quienes “promueven el odio”, augurando que se acercaban “tiempos mejores para Venezuela”, lejos de la polarización y el enfrentamiento entre iguales. Su discurso incluye términos como conciliación y reconciliación nacional, ayuda humanitaria y pacificación. Promete, además, “despolitizar” y “recomponer la sociedad”.

El recorrido territorial ha sido intenso. Las jornadas, promocionadas en las redes sociales con las etiquetas #SopazosDeLaEsperanza y #SopaSinCarnet[6] van acompañadas por declaraciones asegurando que “la política de las promesas se acabó”.  Mientras los voluntarios, militantes de El Evangelio Cambia, reparten comida y servicios médicos, el expastor asegura que acabará con la crisis económica, pero este enunciado no se sostiene en ninguna planificación conocida. En este ámbito, la única estrategia propuesta –en caso de ser electo- ha sido acabar con el control cambiario vigente en Venezuela desde el 2003. Los vacíos de políticas concretas (o “promesas”) en su discurso se llenan con garantías basadas en acciones realizadas, históricamente, por un “nosotros” que se diluye entre la gran masa de predicadores y voluntarios: “Hemos estado ahí con el pobre, con el necesitado”[7], asegura el candidato. Sin embargo, su “nosotros” no diluye las diferencias de clase: el pastor aprendió a “servir al más necesitado”[8], pero no se ubica en el mismo lugar. Nunca habla de dificultades propias. Su vínculo con los otros (pobres) se establece desde la caridad, en un espacio que ocupa el que comparte lo que tiene, a diferencia del discurso oficialista, que maneja la similitud de los procesos personales entre los candidatos y el pueblo. Habrá que ver si este manejo de la otredad cala entre los que no se vinculan con Bertucci a través de la identidad religiosa.

Por lo pronto, el importador de fe sigue en campaña y promueve un nuevo modelo de líder político, que hasta ahora, no había aparecido en el tablero electoral venezolano – aunque si en otros países de la región-. Bertucci no busca igualarse al electorado desde la noción de patria, clase o raza, como los líderes progresistas latinoamericanos,  pero tampoco lo hace presentándose como un modelo a seguir en la escalada social como podrían ser Macri o Piñera (podría hacerlo, pues cumple con el perfil de empresario exitoso que requeriría). Bertucci se presenta como más que eso: es un elegido que ofrece dedicar su vida a los otros. No lo hace para obtener beneficios individuales, sino porque el llamado de Dios lo exige y eso garantiza la piedra fundamental de la avanzada neopentecostal en América Latina: de sucursal en sucursal hasta lograr la construcción del  emporio espiritual en la tierra.

[1] El movimiento neopentecostal surge en la década de los 80 en EE. UU. como una tendencia conservadora de interpretación del evangelio, en la línea de los intereses del capitalismo y en la búsqueda de desligarse interpretaciones sociales de los mismos. Bajo esta tendencia se alinean iglesias como la liderada por Bertucci.

[2] http://www.el-nacional.com/noticias/politica/bertucci-aseguro-que-ganar-hara-consulta-sobre-matrimonio-igualitario_230221

[3] https://www.efe.com/efe/america/politica/el-candidato-venezolano-bertucci-rechaza-aprobar-matrimonio-igualitario-y-aborto/20000035-3557720

[4] https://es.panampost.com/sabrina-martin/2016/04/06/bertucci-el-religioso-pastor-capitalista-de-los-panama-papers-en-venezuela/

[5] Coalición de partidos de centroderecha y derecha conformada en el 2008  para actuar como bloque oposicionista al Gobierno. En el 2012 se formaliza su inscripción como partido político.

[6] En alusión al Carnet de la Patria, documento utilizado por el Gobierno para facilitar la transferencia directa de beneficios sociales.

[7] https://lta.reuters.com/article/domesticNews/idLTAKCN1G6020-OUSLD

[8] https://twitter.com/JAVIERBERTUCCI/status/988933106374717442