Venezuela, es en la actualidad un país asediado producto de toda una estrategia que la hace mucho más crítica. Creo que ahora el cerco mediático es más que al que sometieron el comandante Chávez.

No podemos plantearnos resolver los problemas de Venezuela por la vía no democrática, como desde fuera pretende el imperialismo y los gobiernos europeos una grosera intervención que lacera la soberanía de los pueblos, particularmente de Caracas.

La presión externa es aprovechada por la derecha conservadora venezolana para radicalizar su injustificada guerra cuyo único fin y propósito es sacar a los que ahora dirigen el Estado a quienes y no está mal que lo intente, pero no pueden tratar de acceder al gobierno por las vías no legales, constitucionales ni democráticas.

Venezuela es de los pocos países que no asume las recetas ni las orientaciones contra su soberanía y, por lo tanto, se requiere de hacerlo venir abajo, ejemplo Brasil o Argentina, ese se intento se hizo con Bolivia y Ecuador, pero no les funcionó…

Gobiernos, como el de la República Dominicana, últimamente con una ligera variación, han propuesto el dialogo como única vía democrática para que Venezuela supere su crisis interna, pero esa opción de los “malditos” dominicanos no la quiere la derecha venezolana que quema vivo a infelices, mantiene el caos, el desorden, adrede hace escasear comida, medicinas, y cosas básicas para el día a día, no, eso no, sino que sigan sonando los tambores de guerra como la caracola marina del indio Enriquillo.

La posición de nuestro país no la comparte el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y muchos se preguntaran por qué el partido de la familia Abinader Corono integrado por antiguo dirigentes del Revolucionario Dominicano (PRD), con una historia democrática no quiere soluciones constitucionales y, de paso, coincide con el imperialismo norteamericano, los gobiernos europeos, la oposición y la derecha conservadora que lo que quiere es asaltar el poder.

La absurda postura perremeísta frente a un gobierno democrático y progresista podríamos entenderla en varios elementos que nos podría mejor a comprender el ¿por qué? del comportamiento de la organización “Revolucionaria” y “Moderna”.

Veamos:

1.- La relación que mantuvo el país en el gobierno del PRD/PRM con el fallecido Carlos Andrés Pérez, que vivió en la República Dominicana amparado por la dirigencia perremeísta que lo ayudó a huir de la justicia por los actos de corrupción que pesaban en su contra y que el gobierno chavista pedía su extradición para ser juzgado como lo que era: un corrupto ladrón saqueador de la riqueza venezolana distinto ahora que el pueblo suramericano sí disfrutó y disfruta de los beneficios del petróleo.

2.- Las diferencias del expresidente Hipólito Mejía con el gobierno de Hugo Chávez por el manejo dado a Petrocaribe y la amenaza de sacar al país porque se permitía a terceros como intermediarios que es ni era el propósito del mismo por que la visión del Comandante de compartir la riqueza venezolana con los pueblos pobres de nuestra América es que los beneficios los reciban directamente sus poblaciones.

3.- La relación sostenida por Chávez y mantenida en el tiempo por el presidente Nicolás Maduro que al parecer va contra los intereses del opositor partido, pero a todas luces una posición política incorrecta, descarada, nublada por la soberbia contra un país del que dice ser “amigo” y con el que criamos el PRM tenía coincidencia en muchos de los aspectos sociales del actual gobierno venezolano.

Podría haber otras muchas más razones para la postura absurda y poco lógica, claro desde mi punto de vista, que tiene el Partido Revolucionario Moderno contra un gobierno democrático, elegido por el pueblo como mandan la Constitución y las leyes.

Apoyamos que Venezuela supere su crisis interna, pero sin injerencia ni violencia como medio de resolución de los conflictos, no establecido por la democracia, pero es la vía que pretende la oposición rabiosa que se mantiene como un perro en rabia buscando morder a alguien.

Compartimos lo que escribiera en un artículo en rebelión.org, Boaventura de Sousa Santos, titulado “No a la intervención extranjera, En defensa de Venezuela: “Desgraciadamente, lo que está en curso es usar todos los medios disponibles para poner a los pobres en contra del chavismo, la base social de la Revolución bolivariana y los que más se beneficiaron de ella. Y, en concomitancia, provocar una ruptura en las Fuerzas Armadas y un consecuente golpe militar que deponga a Maduro. La política exterior de Europa (si se puede hablar de tal) podría constituir una fuerza moderadora si, entre tanto, no hubiera perdido el alma.