Desde el fin del gobierno de Ronald Reagan, entidades gubernamentales y otras organizaciones han celebrado anualmente el Mes de la Herencia Hispana entre el 15 de septiembre y el 15 de octubre.

El concepto de la celebración del Mes de la Herencia Hispana se remonta a 1968 cuando se llevó a cabo la Semana de la Herencia Hispana. Se escogió el 15 de septiembre por ser la fecha conmemorativa independentista de 5 países de América Central: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. El 16 de septiembre México y Chile celebran su independencia del dominio español.

Sin tomar en cuenta la historia de estos países americanos que se independizaron de sus gobernantes españoles, Estados Unidos insiste en celebrar este mes desde un punto de vista eurocéntrico. Casi dos tercios de la población latina de Estados Unidos son de origen mexicano, sin embargo las clases dominantes, incluyendo muchos líderes de la comunidad latina, siguen llamando “hispano” a cosas que son tan obviamente mexicanas como los danzantes emplumados o los mariachis, durante este mes de celebración gubernamental.

“Tenemos líderes que quieren usar a la gente, pues casi 70 por ciento de la población es de origen mexicano, y jamás se escucha la palabra mexicano”, afirma Rudy Acuña, historiador y Profesor Emeritus en la cátedra de Estudios Chicanos en la Universidad del Estado de California en Northridge. “La independencia se ha convertido en una celebración hispana cuando en realidad luchamos contra los españoles. Este mes está lleno de contradicciones”.

Si el Mes de la Herencia Hispana comienza un día en que ciertos países conmemoran su independencia, ¿Por qué los líderes de Estados Unidos querrían ligar la historia de liberación de estos pueblos de una experiencia opresiva colonial, nuevamente con el país colonizador?. Cualquier patriota en Estados Unidos rechazaría que el 4 de Julio fuese señalado como un día “inglés” o “británico”. Quienes tienen ascendencia mexicana, centroamericana o suramericana no deberían tener que celebrar una herencia asociada a invasores y colonizadores.

“La mayoría de la gente que llamamos hispana o latina en este país son mexicanos o centroamericanos, la mayoría son de raíces indígenas. Entre eso y los que tienen una cultura afro, no hablamos de gente de España”, sostuvo Roberto Cintli Rodríguez, Profesor Asistente en el Departamento de Estudios Mexicano-Estadounidenses de la Universidad Arizona. “El Mes Hispano es una imposición en contra de los pueblos que tienen cultura africana o indígena. Para mí es degradante, parece un feriado que se habría celebrado hace un siglo”.

Las personas con raíces indígenas del norte y sur del continente americano a quienes el gobierno señala como “hispanos” o “latinos” frecuentemente tienen alguna herencia española, pero esta amplia generalización de una diversidad de comunidades bajo el eslogan de “Herencia Hispana” oculta la compleja historia. Borra la historia de los africanos que fueron traídos a las Américas en barcos como esclavos, así como las sociedades complejas que existían en América del Norte y del Sur antes de la llegada de los conquistadores.

Este año el Mes Hispano se está utilizando como vehículo para el registro de votantes pues las fechas coincidieron con el cierre del registro electoral previo a la elección de 2016. Voto Latino y Mi Familia Vota son dos organizaciones cívicas en Estados Unidos que junto a docenas de socios están llevando adelante un esfuerzo para promover el voto latino, la campaña lleva por nombre Mes de la Herencia Hispana en Acción. De hecho, estas organizaciones están pidiendo que las personas negras y morenas realicen acciones en nombre de su colonizador, bajo el estandarte del Mes Hispano.

Es hora de descolonizar este mes o deshacerse de él, no necesitamos de intentos efectistas para llevarnos a votar con tacos y mariachis bajo un marco históricamente erróneo y eurocéntrico. Acérquense a nuestras comunidades no solo durante las épocas electorales y respeten nuestras tradiciones e historia, sin intentar definirnos por el idioma de nuestros brutales colonizadores. No ahoguen el desarrollo y crecimiento continuo de nuestras comunidades y movimientos porque sea políticamente conveniente meternos en el saco hispano.