Los conflictos en Mali causaron 260 mil refugiados internos y cerca de tres millones de personas necesitadas de asistencia, así lo informó la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha).

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La jefa de la Ocha en Mali, Ute Kollies señaló que el país africano “vive entre el desorden y la esperanza” y demandó facilidades para la ayuda humanitaria. Detalló que 660 mil niños menores de cinco años están en riesgo de desnutrición aguda y 257 mil estudiantes carecen de acceso a la educación por la situación de inseguridad.

El plan de la oficina de Naciones Unidas refirió que el plan de respuesta humanitaria para Mali este año asciende de 296 millones de dólares. Tras la llegada de un primer contingente francés a Mali, la ONU desplegó en 2013 cerca de 13 mil soldados destinados al mantenimiento de la paz en el país africano ante el panorama de inseguridad.

Un año después, el Consejo de Seguridad decidió que la misión debía centrarse en garantizar la seguridad y proteger a los civiles apoyando el diálogo y la reconciliación, según recoge la página web de la Minusma.

Todo ello como parte de una misión militar establecida después de que las milicias islamistas y las guerrillas de la etnia tuareg tomaran el norte y centro.

La inestabilidad que azota Mali comenzó con el golpe de estado de 2012, cuando grupos tuareg rebeldes, junto a organizaciones yihadistas, tomaron el control del norte del país durante diez meses.

Los yihadistas fueron teóricamente expulsados en 2013, gracias a una intervención militar internacional encabezada por Francia, pero extensas áreas del país, sobre todo del norte y del centro, escapan al control estatal, de lo que se aprovechan grupos terroristas locales.