¿Qué son las revoluciones de colores y cómo funcionan?
Las llamadas revoluciones de color o golpes suaves entran dentro de las estrategias de intervención silenciosa que Estados Unidos utiliza para derrocar a Gobiernos que no comparten la visión estadounidense sobre la organización económica, política y militar de las naciones.
¿Cómo surgen las revoluciones de colores?
A mediados del siglo XX, bajo la bandera de la democracia, distintos movimientos sociales euroasiáticos de base estudiantil protestaron por la instauración de un modelo liberal, reclamaron el fin de Gobiernos supuestamente autoritarios y proclamaron la independencia nacional.
El nombre derivó de la masiva utilización simbólica de colores o nombres de flores, empleados como elementos de identificación por parte de la oposición que inscribieron sus actuaciones en la política de la "no violencia".
El ideólogo de la acción no violenta como método para utilizar el poder en un conflicto fue el politólogo estadounidense Gene Sharp, autor del ensayo De la dictadura a la democracia que consta de 198 métodos para derrocar gobiernos y se divide en tres grandes bloques: protesta, no cooperación e intervención, las cuales se aplican generalmente luego de los procesos electorales.
Por su parte, organizaciones no gubernamentales financiadas por el Open Society Institute del magnate húngaro George Soros, conectado con la diplomacia estadounidense, son las principales impulsoras del "restablecimiento de la democracia" en los países donde funcionan.
GOLPE BLANDO, CASO VENEZOLANO
El Gobierno del presidente Nicolás Maduro denunció en 2013 que sectores de la oposición apoyados por EE.UU. buscaban ejecutar un golpe blando para provocar el derrocamiento del presidente.
En 2017, dirigentes opositores utilizaron la amenaza de destituir ilegalmente a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) como convocatoria para una marcha, bajo el mensaje de golpe de Estado contra el Parlamento venezolano.
Los partidos Voluntad Popular y Primero Justicia utilizaron las redes sociales para convocar a plantones a sus "manifestantes pacíficos", como llamó la prensa internacional a los agitadores entrenados y preparados con máscaras anti- gas, armas artesanales y guantes para repeler bombas lacrimógenas
La oposición venezolana, utilizando la bandera de la "represión" por parte del Gobierno, llamó a la intervención de la OEA que no demoró en utilizar la Carta Democrática Interamericana contra Venezuela argumentando una "ruptura del hilo constitucional" en el país.
¿REVOLUCIÓN DE COLOR EN NICARAGUA?
El Gobierno sandinista de Daniel Ortega anunció el 16 de abril una serie de reformas para aumentar los aportes de los trabajadores y empleadores a la seguridad social e informó de la creación de un tributo especial a las pensiones del 5%.
El 17 de abril apareció en Twitter la cuenta @SOSINSS, con la sigla SOS que significa en inglés Save Our Ship (Salven nuestro barco), a través de esa cuenta se anunció el supuesto asesinato de un joven que ayudaba a su madre con su economía.
Martha tiene 71 años y no tiene hijos. Para ella que le quiten el 5% de su pensión es un golpe duro a su economía. "Me han firmado mi sentencia de muerte", dice. Dale RT y difundí pic.twitter.com/QfRwPuoQjS
— #SOSINSS (@sosinssnica) 17 de abril de 2018
Seguidamente, por las redes sociales se convocaron a plantones en distintas ciudades de Nicaragua con la bandera de la protesta social en contra de las reformas.
Estos plantones mutaron en violentas protestas que en principio no parecían vincularse con actores políticos detractores del presidente Ortega y con Estados Unidos.
Algunas manifestaciones en contra de las reformas del INSS culminaron en protestas donde grupos de choque se enfrentaron a las fuerzas de seguridad gubernamentales con el fin de "horadar el poder sandinista a través de las muertes en las protestas", según el analista y profesor universitario Ernesto Wong.
>> ¿Irán está siendo víctima de un golpe suave?
REVOLUCIÓN NARANJA EN UCRANIA
El primer ministro Víktor Yanukovich ganó las elecciones presidenciales en 2004, sin embargo, una parte de la sociedad ucraniana desconoció los resultados y cantó un fraude electoral.
El candidato, Víktor Yúshcheko, llamó a la protesta pacífica y la llamada revolución naranja llevó al poder a Yúshchenko y a su hija Yulia Timoshenko.
Una parte de los ucranianos, concentrados en Ucrania occidental y en Kiev (capital), apoyó la campaña electoral de Yúshchenko, y rechazó los supuestos fraudes electorales realizados por Yanukovich.
La periodista francesa Manon Loizeau en su documental EE.UU. a la conquista del Este explicó el papel de Norteamérica en la revolución naranja y cómo utilizó la estrategia de poder suave (soft power) para derrocar al "régimen indeseable" de Yanukovich.
Organizaciones no gubernamentales financiadas por Estados Unidos vendieron el discurso de la falta de garantías democráticas en Ucrania no sólo a una parte de la sociedad ucraniana sino a la prensa occidental que apoyó el derrocamiento de Yanukovich.