Un equipo de policías e investigadores forenses turcos encontró pruebas que apuntan a que el periodista Jamal Khashoggi, desaparecido hace dos semanas, fue asesinado en el Consulado saudita en Estambul, según agencias de noticias que citan a fuentes oficiales. 

Los expertos realizaron un registro por casi nueve horas este lunes en busca de rastros de sangre y muestras de ADN de Khashoggi, además examinaron las plantas del edifico y el jardín para lograr conseguir indicios que permitan dar sobre el paradero del periodista que colaboraba con The Washington Post.

Entretanto, amigos de Khashoggi están seguros de que el periodista fue asesinado en el Consulado, pero Arabia Saudita ha afirmado hasta ahora que el reportero abandonó el edificio poco después de entrar y niega tener responsabilidad en su desaparición.

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Participación diplomática

Los medios también reseñaron que Khashoggi fue desmembrado dentro del Consulado por parte del jefe forense de la Dirección General de Seguridad Pública de Arabia Saudita, Saleh al Tubaiqi.

Tras ingresar al edificio, el periodista habría sido golpeado e insultado por funcionarios saudíes y, posteriormente, fue trasladado a la oficina del cónsul para ser asesinado, hecho que duró unos siete minutos, informó el medio Al Jazeera que citó a fuentes de Turquía.

Asimismo, detallaron que el cónsul estuvo presente mientras que el equipo de unos 15 saudíes participaban en el crimen. Este grupo habría ingresado al país en dos aviones privados, desde Egipto y Emiratos Árabes Unidos, y se fueron el mismo día de la desaparición de Khashoggi.

ONU insta a levantar inmunidad diplomática a responsables

La alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, indicó que se debe levantar la inmunidad a los responsables sauditas que puedan estar involucrados en la desaparición del periodista Khashoggi.

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"Teniendo en cuenta la gravedad de la situación en torno a la desaparición de Khashoggi, estimo que la inviolabilidad o la inmunidad de los locales y de los funcionarios concernidos acordada por tratados como la Convención de Viena de 1963 sobre las relaciones consulares tendría que ser levantada inmediatamente", dijo Bachelet en un comunicado. 

Por último, agregó que "en virtud del derecho internacional, tanto la desaparición forzada como las ejecuciones extrajudiciales son crímenes muy graves, y la inmunidad no tendría que ser utilizada para poner trabas a las investigaciones sobre lo que pasó".