La conmemoración por parte de organizaciones y movimientos sociales chilenos del segundo aniversario del estallido social iniciado el 18 de octubre de 2019, terminó en episodios de violencia, los cuales se saldaron con dos personas fallecidas y unos 450 detenidos, que el oficialismo utilizó para culpar a los candidatos de izquierda a la Presidencia.

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Dos personas perdieron la vida en barrios de la periferia de Santiago, la capital, una por el disparo de arma de fuego en un intento de saqueo en un local comercial y otro cuando iba circulando en motocicleta y se enredó con un cable de acero.

La concentración más masiva del lunes tuvo lugar en la céntrica Plaza Italia, rebautizada como Plaza Dignidad, de Santiago de Chile, con cerca de 10.000 personas, según las cifras ofrecidas por las autoridades policiales, que en su gran mayoría se manifestó de forma pacífica, con cánticos y música.

Desde el Gobierno de Sebastián Piñera, en medio de escándalos de corrupción, culparon directamente a varios líderes políticos de izquierda, incluidos a los candidatos presidenciales Yasna Provosote y Gabriel Boric, de los episodios de violencia y actos vandálicos.

El estallido social comenzó en Chile a finales de 2019 como una queja hacia la subida en el precio del metro, pero con los meses se convirtió en la crisis social más grave desde el fin de la tiranía de Augusto Pinochet (1973-1990) con masivas marchas por un modelo económico más justo y más derechos sociales.

Organizaciones sociales han denunciado que los más de treinta fallecidos de las protestas de 2019 y los miles de heridos y mutilados de entonces no han recibido la reparación ni la justicia que merecen por la acción del Estado chileno a través de sus cuerpos represivos.

Como resultado de las protestas se activó un proceso constituyente, cuya Convención Constitucional comenzó justo este lunes, la redacción de la nueva carta magna para Chile.