Perú vivió la segunda jornada de protestas contra la crisis multisectorial que vive el país, que mantiene movilizada a miles de personas en las ciudades más importantes de la nación. A la par, se han incrementado las denuncias de violencia policial al reprimir las mismas.

LEA TAMBIÉN

Peruanos protestan contra crisis imperante en el país

Al grito de "Merino usurpador" y "este Congreso no me representa", los protestantes tuvieron enfrentamientos con la policía, quienes han sido acusados de reprimir con chorros de agua a las personas que buscan llegar al Parlamento.

Las protestas se han extendido por la capital, Lima, y también por ciudades como Arequipa, Ayacucho, Cusco, Trujillo, Piura e Iquitos, las más importantes del país. Los movilizados se concentraron en las principales plazas e esas urbes, y se hicieron acompañar por cacerolazos.

Los ciudadanos reclaman que los políticos abandonen el conflicto de poderes que ha desembocado en la destitución del expresidente Martín Vizcarra y la asunción del poder por el hasta ayer líder del Parlamento, Manuel Merino. Piden que, en su lugar, se concentren en resolver los graves problemas que aquejan al país.

Los manifestantes afirmaron que no defienden o aprueban los actos de corrupción que, presuntamente, cometió Vizcarra. En cambio, identifican su destitución como una muestra más de la crisis política imperante en esa nación andina.

También actúa como detonante del malestar popular, el hecho de que Merino asuma el liderazgo del Poder Ejecutivo manteniendo la jefatura del Congreso, con lo que, de hecho, se unifican ambos poderes, con el peligro que ello representa.

Estas cuestiones son vistas por la ciudadanía como pruebas de que los políticos se disputan el poder manteniéndose alejados de las necesidades del pueblo. Se mantienen sin resolver, en cambio, las graves afectaciones derivadas de la pandemia.

Perú presenta uno de los peores indicadores de propagación de la Covid-19; y altas tasas de fallecimientos por igual causa. Paralelamente, enfrenta una pronunciada crisis económica que, en el segundo trimestre del presente año, provocó una caída récord del 30,2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).