El  Instituto Nacional de Migración (INM), de Honduras confirmó este viernes que la deportación de migrantes a ese país centroamericano llegó a 67.135 en lo que va de 2022, un 52,4 por ciento más que la registrada en el mismo período de 2021.

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Las cifras de 2022 es superior en 23.085 personas a las correspondientes al período entre enero y el 17 de agosto de 2021, cuando  se registraron 44.050 hondureños retornados al país.

Anteriormente, de acuerdo a un medio local, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) Honduras había dicho que el aumento en la deportación de hondureños refleja que cada vez son más las personas que tratan de llegar de manera irregular hacia Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida.

Honduras ha sido el escenario desde donde han emergido, en los últimos años, caravanas de migrantes de varios países de América Central, del Sur y el Caribe, los cuales huyen  de situaciones como la violencia y la pobreza, dos de los principales flagelos que afectan la región.

La migración en la región, según organismos internacionales de derechos humanos y de justicia climática, también estaría influenciadA por la falta de oportunidades y el impacto del cambio climático en Centroamérica.

Desde Estados Unidos a Honduras, la deportación pasó de 3.696 personas en 2021 a 30.849 en 2022, lo cual supone un 734,6 por ciento de incremento, al tiempo que los retornados desde México el año pasado fueron 35.337 y este año 33.869, es decir, una disminución del 4,1 por ciento.

En el interín, la red Coordinadora de Instituciones Privadas Pro las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (Coiproden) reportó la semana pasada que 11.263 niños han sido deportados hacia Honduras, lo que representa un incremento del 62 por ciento de casos en comparación con las mismas fechas de 2021.

De acuerdo al director de Coiproden,  Wilmer Vásquez, “si comparamos el año 2021 con el año 2022, se ha incrementado las deportaciones de la niñez eso significa que hay una ausencia de políticas públicas, hay una ausencia de presupuestos públicos, una inestabilidad a nivel económico que hace que la población hondureña siga huyendo de manera masiva de nuestro país y no es la excepción las niñas y los niños que, incluso, deciden en un gran porcentaje tener que huir solos para buscar mejores oportunidades de vida”.