El gobierno de México rechazó este sábado haber firmado un acuerdo con Estados Unidos para procesar solicitudes de refugio o asilo de migrantes que intentan ingresar a territorio estadounidense.

La Secretaría de Relaciones Exteriores mexicano (SRE) enfatizó en un comunicado su política migratoria soberana y se basa en sus propios intereses.

La declaración mexicana se da en respuesta al decreto del presidente Trump del viernes que puso fin a las solicitudes de asilo y busca disuadir a los miles de migrantes centroamericanos que avanzan en caravana por México hacia la frontera sur estadounidense.

Las autoridades estadounidenses consideran que los pedidos de asilo por parte de los migrantes que participan en la movilización deben ser procesadas por el Estado mexicano.

Según la Cancillería de México, “la caravana migrante proveniente de Centroamérica es un fenómeno humanitario inédito que requiere del trabajo conjunto de todos los países de la región para responder a ella de manera integral y con una perspectiva de derechos humanos”.

El Gobierno estadounidense dispuso 5.200 efectivos fronterizos, entre militares y policías, para impedirles el paso a aquellos que buscan asentarse en EE.UU., escapando de la miseria y la violencia que existe en sus países y que, precisamente, es provocada por la injerencia de las políticas estadounidenses en la región.

La caravana migrante, que partió el pasado 13 de octubre del norte de Honduras, se encuentra actualmente en el centro de México, y tiene pensado llegar a Tijuana, ciudad fronteriza con San Diego (EE.UU.), donde sus integrantes pedirán asilo.

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