La presidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas, María Fernanda Espinosa, aseguró este miércoles que el futuro de la cooperación Sur-Sur es acoplarse a la agenda 2030 y a los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible. 

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"Estamos acoplando la nueva agenda de cooperación Sur-Sur a la agenda 2030, a los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible, pero también a la actual aritmética en materia económica y a las nuevas actorías políticas que han surgido en los últimos años", explicó en entrevista para teleSUR.

Explicó que esta alineación con la agenda 2030 se debe a que esta tiene como objetivo combatir la pobreza y las desigualdades. También tienen la meta de aprender de las experiencias en los países del Sur global y así "basar y afincar la cooperación Sur-Sur en sus principios fundacionales".

En este sentido, Espinosa afirmó que "la idea es tener un documento que renueve el compromiso con la cooperación Sur-Sur, pero que a la vez se proyecte al futuro", tomando en cuenta la experiencia de 40 años de trabajo entre los países del Sur global.

Detalló que desde la fundación de la cooperación Sur-Sur hubo una explosión de iniciativas transnacionales y subregionales "en materia de financiamiento, creación de bancos regionales y formas innovadoras para crear fondos cuando países del Sur global atraviesan situaciones de emergencia", como catástrofes naturales. Además, hubo intercambio en materia de salud pública y transferencia de tecnología.

Objetivos de la cooperación Sur-Sur

María Fernanda Espinosa destacó que 40 años después de la primera reunión de cooperación Sur-Sur en Buenos Aires, se han evaluado los aciertos y logros, así como el futuro de este proyecto ante el nuevo escenario geopolítico y las economías. 

Ante ese análisis, considera que el futuro de la cooperación Sur-Sur es muy prometedor y "tendrá más efecto si se ve directamente afincado dentro de la agenda 2030, los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible, y si apunta a los temas de solidaridad alimentaria, cambio climático y al fenómeno migratorio".

La presidenta de la Asamblea General de Naciones Unidas resaltó que la cooperación Sur-Sur se basa en la solidaridad y el respeto a las diferencias y la soberanía de los Estados. "Esta forma de cooperación permitió superar las formas asistencialistas y verticales de cooperación por unas formas mucho más horizontales y respetuosas de cada una de las prioridades y modelos que cada Estado soberanamente decide".