El presidente de Argentina, Mauricio Macri, disertó este miércoles ante la Asociación Empresaria Argentina (AEA), donde justificó la reciente imposición del control cambiario y de capitales, en medio de la severa crisis económica y financiera que atraviesa el país suramericano.

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"Son medidas que no nos gustan y que solo se justifican en la emergencia y por un tiempo limitado", afirmó el mandatario.

Asimismo, enfatizó que el conjunto de restricciones fueron impuestas para "tratar de anticipar y contener al máximo el posible impacto negativo" de la corrida cambiaria desatada desde principios del pasado mes de agosto.

Tras las elecciones primarias del 11 de agosto en las que el opositor Alberto Fernández se impuso por un amplio margen, "los mercados financieros mostraron una gran volatilidad, hubo una mayor tensión cambiaria, el riesgo país se triplicó, y los valores de la bolsa cayeron a menos de la mitad", insistió Macri en su tesis de vincular el descalabro económico con su propia derrota electoral.

Por otra parte, reconoció que durante sus tres años y medio de gestión se cometieron errores y se formularon "pronósticos que no se cumplieron", aclarando que durante la campaña electoral con vista a las elecciones generales de octubre "se podrán discutir estas cuestiones y sobre todo, lo que pensamos realizar distinto", dijo ante los empresarios.

La inflación interanual en Argentina llegó al 54.4 por ciento, una de las más altas del mundo, mientras que durante el último año, cuatro millones de personas pasaron a ser pobres y un millón más cayó bajo la línea de indigencia.