El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva reafirmó este viernes su compromiso con la reconstrucción de Brasil en todas las esferas en las que ha decaído el país suramericano, así lo sostuvo en un acto con evangélicos en São Gonçalo, Río de Janeiro.

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"Sabes que este país solía ser mucho mejor, y podemos reconstruir Brasil", apuntó Lula en el acto, al tiempo que responsabilizó al Gobierno encabezado por Jair Bolsonaro de destrozar muchas de las iniciativas que ayudaban al pueblo brasileño.

El exmandatario afirmó que durante el Ejecutivo actual aumentó el trabajo informal, provocado sobre todo por la creación de la tarjeta amarilla verde en detrimento de la tarjeta profesional, lo que fue un fallido intento del Gobierno de Bolsonaro para abaratar la contratación de los empleados para las empresas.

“En mi Gobierno recogí armas, y entregué libros. Este país necesita más cultura, más educación, más salud”, recordó Lula y agregó que va a “volver a gobernar este país y voy a acabar con el hambre otra vez”, refiriéndose a varios de los problemas que afectan al pueblo brasileño.

Asimismo, el líder del Partido de los Trabajadores resaltó que los trabajadores del país latinoamericano deben disfrutar de lo que producen.

Al hablar sobre la relación entre la política, el Estado y la religión, Lula expresó que “el Estado no debe tener religión, no debe tener iglesia, el Estado debe garantizar el funcionamiento y la libertad de muchas iglesias”.

De igual forma, rechazó el uso de uso de las falsas noticias y de la fe por parte del Gobierno y partidarios bolsonaristas para manipular a los ciudadanos a su favor.

“No es aceptable que mienta un pastor que dice hablar en nombre de Dios. Nadie puede mentir en el nombre de Dios. De hecho, nadie debe usar el nombre de Dios en vano. O para ganar votos”, apostilló.