Desde la ciudad de Belo Horizonte, en Minas Gerais (sur), el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reafirmó su precandidatura para las elecciones presidenciales de octubre de este año.

En un acto que coincide con el 38 aniversario del Partido de los Trabajadores (PT), del cual es el máximo líder, Lula encabezó la actividad en defensa de la democracia y contra el neoliberalismo del gobierno de facto de Michel Temer. 

Rodeado de adeptos y pancartas con la frase “Lula libre”, “Moro Juez Imparcial” y “Elección sin Lula es fraude”, el mayor líder político en la historia de Brasil resaltó la campaña de desacreditaron de la derecha contra él y su candidatura.

“El problema no es Lula, son lo millones de Lulas. Pueden intentar acabar con el hombre, contando las cantidades de mentiras que cuentan, liderados por la red Globo, y pueden intentar desmoralizar al PT”, dijo el exmandatario y aseguró que pese a la campaña en su contra el pueblo lo conoce.

Con respecto a las acusaciones de corrupción en su contra, reafirmó que su conciencia está limpia y aseveró que la oposición tendrá que aprender a convivir con un hombre inocente y honesto. “Quiero decir a mis verdugos: Prended mi carne, pero mis ideas continuarán sueltas. No van a detener nuestros sueños”.

A todos aquellos que no querían que él fuera candidato les dijo que “aprendan a lamer sus heridas y permitan que la democracia gane”. 

En el tema de su condena a prisión, aseveró que aunque desconoce qué sucederá con la justicia, lo que dictamine se respetará. Finalizó con la promesa que como presidente garantizará al “pueblo el derecho a vivir mejor”.

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