El Gobierno Talibán informó el sábado que el número de fallecidos por las devastadoras inundaciones en el norte de Afganistán se elevó a 342, con más de 1.630 personas heridas. 

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En el reporte, las autoridades aclararon que la provincia de Baghlan es la más afectada, con 315 muertos y más de 2.665 hogares destruidos total o parcialmente.

Autoridades y organizaciones no gubernamentales trabajan arduamente para brindar asistencia a las comunidades afectadas. Los talibanes advierten que el número de víctimas podría aumentar, subrayando la necesidad urgente de ayuda humanitaria en Baghlan y otras provincias como Badakhshan y Takhar.

Los equipos de gestión de desastres dirigidos por los talibanes están distribuyendo tiendas de campaña y alimentos a los sobrevivientes. 

Por otro lado, la inaccesibilidad de gran parte de Baghlan ha dificultado la entrega de ayuda, con el Programa de Alimentos de las Naciones Unidas recurriendo a métodos alternativos, como burros cargados con suministros.

Afganistán, según un informe de la OCHA, es uno de los países más vulnerables al cambio climático y enfrenta dificultades debido a la interrupción de la ayuda internacional y la congelación de fondos tras el regreso de los talibanes al poder.