El presidente del Líbano, Michel Aoun, convocó el domingo a un diálogo nacional para encontrar una nueva fórmula de gobernar, después de la devastación que provocó la gran explosión del pasado 4 de agosto en el puerto de Beirut, que dejó al menos 190 muertos.

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En un discurso ofrecido el domingo de cara al centenario del Líbano, Aoun indicó que “la celebración de este año ha llegado en medio de una crisis sin precedentes que no deja ningún lugar para el regocijo, no obstante, aún hay esperanzas para un verdadero cambio”.

El mandatario reconoció que, ante esta situación, llegó el momento de buscar una nueva fórmula para gobernar el país, por lo que convocó a todos los grupos políticos y sociales a crear un diálogo que defina el nuevo sistema.

Luego de la enorme explosión del 4 de agosto, que dejó un saldo de 190 fallecidos, 6.000 heridos y cientos de miles de desplazados, el primer ministro libanés, Hasan Diab, anunció el 10 de agosto la dimisión de su Gobierno.

El gran estallido en Beirut también causó daños materiales por el orden de entre 10.000 y 15.000 millones de dólares. Además, destruyó el único silo de cereales del país, lo cual agravó la crisis humanitaria y social que el Líbano ya experimentaba por la pandemia de la Covid-19.

Una de las propuestas hechas por el presidente en su discurso del domingo, fue la de que el Líbano sea declarado un "Estado laico", como solución a la "crisis sin precedentes" que vive el país.

"Llamo a que el Líbano sea declarado un Estado laico, al diálogo que incluya a todas las autoridades políticas y religiosas para llegar a una fórmula aceptable para todos", detalló el mandatario.

"El 1 de septiembre de 2020 es una continuación del 1 de septiembre de 1920. Y es por eso que creo que un Estado laico protege y preserva el pluralismo", resaltó.