El alto arribo de migrantes al centro de acogida de Lampedusa, en Italia, en los últimos días, ha provocado que la institución sobrepase otra vez su capacidad al albergar más de 1.900 personas, cifra cinco veces superior al número para el que está preparado.

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El portavoz de la unidad de Arma de Carabineros, que participa en la implementación del plan de emergencia, Antonio Nicolosi, afirmó que el centro, con espacio para unos 400 migrantes, se encuentran amontonados casi dos mil, “incluidos muchos niños que esperan ser reubicados, bajo temperaturas de 35 grados, descalzos en la tierra, en ambientes insalubres, en medio de una suciedad y descomposición que pone en peligro su salud”.

Este domingo, tras sucesivas semanas en las que su dispositivo de acogida se ha visto desbordado, las autoridades de Lampedusa aprobaron un plan de evacuación en el que las personas que lleguen serán trasladadas a otros puertos de Italia, tras recibir atención médica y ser identificados.

En medios de transporte marítimos y aéreos se acelerará el traslado de los migrantes hacia centros de la vecina isla de Sicilia y otros habilitados en territorio continental.

También, el Ministerio del Interior informó, el 27 de abril último, la activación de 850 puntos para albergar inmigrantes irregulares recién llegados, para aliviar la tensa situación ante un flujo imparable, especialmente desde las costas de Túnez.

Según los últimos datos oficiales de la policía italiana, en los primeros cuatro meses de 2023, llegaron a Italia más del cuádruple de personas que el año anterior: 40.856 frente a las 10.188 de 2022.

Basados en estos números, el Gobierno italiano, que preside la ultraderechista Giorgia Meloni, decretó el estado de emergencia nacional migratorio para los próximos seis meses y que, entre otras atribuciones, agiliza las repatriaciones de migrantes.