Representantes de las diferentes organizaciones que integran el Movimiento de Afectados por Represas (MAR) de América Latina, viajaron a la capital hondureña, Tegucigalpa, para participar en el Seminario Internacional “Las alternativas populares de energía: un reto posible para la Transición Energética Justa”.

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Los delegados debatieron temas relacionados con los modelos energéticos de los países de la región y se pronunciaron por alternativas de energía popular que garanticen una transición energética a favor de las mayorías populares.

El encuentro se dedicó también a la memoria de líderes y lideresas que siguen guiando las luchas en defensa de los pueblos y de la Madre Tierra.

Según expresaron sus coordinadores, el mayor reto del MAR es lograr una articulación consolidada que busque en un primer momento la constitución de una sociedad alternativa con base en los proyectos de vida, en los planes de permanencia en los territorios, en el buen vivir que tienen ya hoy comunidades en curso, y que pueden servir de referencia para construir nuevos planes.

Para ello, consideraron que es necesario apostar por objetivos y estrategias comunes, en pos de la transformación de realidades impuestas por el sistema capitalista.

Otro de los desafíos de la plataforma continental, que se puso de manifiesto durante las sesiones del Seminario, es desarrollar un modelo energético popular que satisfaga las necesidades de la nueva sociedad alternativa que se construye en diversos escenarios de América Latina.

Como criterios para la construcción de ese modelo, los organizadores del encuentro recomendaron la apropiación y gestión comunitaria del agua y la energía; la eficiencia; la comprensión de la energía y el agua como bienes comunes y no como mercancías; así como el respeto a la cosmovisión de los pueblos.

Tras más de seis años de articulación y trabajo mancomunado de organizaciones y movimientos de 12 países, el 23 de setiembre pasado se creó el MAR de América Latina en Chapecó, estado brasileño de Santa Catarina. En la reunión fundacional participaron las 18 organizaciones que integran el movimiento, junto a más 11 movimientos aliados brasileños.